Por Roc Solà

El otro día estaba tomando el mal café de cada día en la Plaça Cívica de la UAB. Esa misma jornada coincidía que Societat Civil Catalana y los Antifas habían organizado otro de sus encuentros de juego de rol a los que ya nos tienen acostumbrados. Esta vez jugaron a la bandera y de allí salió un video de los de SCC mostrando cómo eran atacados por ser españoles. Mil y pico retwits. Apoyo mediático de Rivera y OKdiario. Otro día más en la UAB, pensé yo, inocente de mí.

Dos semanas después de este hecho, suceden dos cosas. Por un lado, Andrés Iniesta juega su último partido como barcelonista. Al final del encuentro, el club organiza el clásico homenaje, emoción, algunas lágrimas y un escueto discurso que Andrés cierra con su típico: “Visca el Barça, Visca Catalunya i Visca Fuentealbilla”. Todo normal, ¿no? Bien, una hora y media más tarde, en el programa de masas “El Chiringuito de jugones”, un tertuliano le reprocha a Iniesta “no haber incluido al resto de españoles, con lo que él representa, en la celebración”. Otro de los mediáticos protagonistas del programa añade: “Con la situación tan delicada que está viviendo España en estos momentos”. Y, acto seguido, el primero vuelve a recordar que Fernando Alonso sí había sacado la bandera de España pocos días atrás. Bien, esto por un lado.

La segunda cosa que ha tenido lugar es la presentación de la candidatura de Albert Rivera a la IV Asamblea General de Ciudadanos con la campaña #EspañaCiudadana. En el acto de presentación, combinando el estilo ‘TedTalk’ y la presentación del último iPhone con muchas banderas de España y la participación de Pedro García Aguado (El de hermano mayor), Marta Sánchez (la de la letra al himno de España) y Manuel Valls (ex Primer ministro de Francia). En sus discursos, Rivera habló de modernizar el país, de terminar con la división (el famoso “veo españoles”) y de emocionarse y enorgullecerse de ser españoles.

 

Llegados a este punto, me gustaría decir que lejos de desenmascarar las palabras de Rivera o de hacer la enésima comparación con José Antonio Primo de Rivera, quisiera hacer un par de apuntes por si a alguien le sirven.

La relación entre los dos hechos que he contado tiene que ver con la estrategia de Ciudadanos: a través de su discurso, enunciado tanto por sus portavoces como por las asociaciones civiles afines, sobre todo Societat Civil Catalana, y en profunda compenetración con varios medios, sobre todo OKdiario, buscan establecer un marco que les sea favorable. Simple: “En Cataluña está habiendo un golpe de Estado, hay violencia cotidiana en las calles, se ha roto el orden”. Así, posteriormente pueden postularse como la fuerza política que mejor puede poner orden. El orden que pone Pedro García Aguado en ‘Hermano mayor’ mezclado con la modernización hacia Europa que representa Manuel Valls y el orgullo de ser españoles del himno de Marta Sánchez.

Todo esto ha coincidido con el perenne linchamiento mediático a Podemos y con la compra de un chalet de 600.000€ por parte de su Secretario General y la Portavoz parlamentaria y con la posterior convocatoria de un referéndum interno. Más allá de juicios morales y analizándolo en términos políticos: la compra del chalet partido proyecta incoherencia y la convocatoria del referéndum transmite falta de liderazgo y, por consiguiente, de estrategia política. Error.

Posiblemente los dos casos puestos tan juntos me hayan desencantado un poco. No lo sé. Lo único que queda claro viendo los últimos sondeos (C’s primera fuerza, Podemos no baja tanto), en España gana quien marca un rumbo colectivo y obliga a los demás a moverse o a pagar el precio por no moverse. Parece que más de uno entendió lo de la guerra de posiciones.