Por Frederic Sala Mauri

 

En conversaciones que he tenido con algunos compañeros y amigos, o en las mismas redes sociales, me han llegado opiniones que vienen a decir (siempre desdes de lo llamado izquierda) que los artistas tienen que comprometerse políticamente. Esto es un debate interesante, y por ahora mi forma de ver esta cuestión, es a través de dos artistas que me dispongo a presentar a continuación:

 

 -Helen Levitt-

 

Helen Levitt fue una fotógrafa, directora de fotografía y guionista que nació en agosto de 1913 en Nueva York, ciudad donde empezaría parte de su obra pocos años después.

Gran parte de la obra de Levitt es en blanco y negro, aunque encontramos también fotografías a color en su estada en México. Tanto en la obra a color como en blanco y negro, hay algo que sí que define la obra de la fotógrafa; sus protagonistas y las localizaciones. En todas las fotografías, tanto en sus primeros trabajos como en los últimos, encontramos como protagonistas la clase trabajadora, pero en concreto los niños de las clases más bajas y marginadas, por ejemplo; en sus primeros trabajos, la mayoría de fotografías son de niños y niñas de los barrios más pobres de la ciudad de Nueva York, como el Spanish Harlem, formado en su mayoría por inmigrantes hablantes de español que provienen de sur américa. Otro barrio también muy fotografiado, es el Lower East Side donde conviven los blancos y negros socialmente más marginados de la ciudad y con muy pocos recursos económicos.

Se podría sospechar que el objetivo de Levitt era la reivindicación de las desigualdades sociales o la crítica social, sin embargo, no es así. En sus fotografías tampoco encontraremos tristeza. Lo que quiere Levitt es mostrarnos la vitalidad de la calle, la comunidad y las actividades cotidianas. La realidad de la cotidianidad tal y como es. En ningún momento veremos en sus fotografías a víctimas o héroes imposibles. Como dice Jorge Ribalta: “Sus interacciones son formas de resistencia diaria […] Los niños juegan y bailan, luchando por el instante, consolando después las penas prójimo, trepando  a son de la música el precipicio que es el umbral  de una puerta, aprovechando los muebles que hay tirados en la calle y creando nuevas fantasías a partir de trozos de un espejo del que alguien se deshizo: son los métodos que la calle tiene para convertirse en un recurso político para la supervivencia individual y de grupo.”

En la década de los años cuarenta, Levitt iría a México donde dejaría un poco la fotografía de lado y se iniciara en el cine, trabajando al lado de Luis Buñuel, al que ayudaría a realizar algunos trabajos.

Levitt fue una resistente al clima ideológico de sus tiempos y se negó de hacer de su talento un arma de propaganda vacía.

 

 – Raymond Mason –

 

Raymond Mason fue un escultor que nació en Birmingham (Gran Bretaña) el 1922 en una familia humilde. En sus inicios sus esculturas eran de bronce, pero se dio cuenta de que esas esculturas les faltaba algo cuando quería representar a lo que él más conocía; la gente de clase obrera y humilde. Es entonces cuando deja el bronce atrás y empieza a usar resina y así poder pintar luego encima de la escultura.

Barcelona Tram 1953, cast 1968 Raymond Mason 1922-2010 Purchased 1983

Mason hacía y pintaba sus esculturas tal y como se ve la clase obrera a si misma. Mason podía hacer eso porque era hijo de taxista y él conocía como es la gente, la gente común que había observado y amado.

Según Berger, Raymond Mason es un escultor fiel al proletariado “Ser fiel, como escultor, al proletariado no están sencillo como puede parecer o como afirman ciertos idiotas y ciertos fanáticos. En primer lugar, se necesita mucha capacidad de observación y mucho amor. Aunque parezca extraño, el amor es la mejor garantía contra la idealización”. La escultura de Mason, ponía como protagonista la clase obrera, pero en ningún caso, se pretendía ser una idealización o propaganda propia de la guerra fría como por ejemplo 1965, fecha de la que data la obra Salida de la fruta ya la verdura del corazón de París.

Lo que hace Mason con los colores al pintar sus obras, no es más que intentar acercar la obra a lo que sus ojos ven; que es la gente normal, la gente común de la calle con sus ropajes y su forma de vestir con más o menos elegancia, anteponiendo la comodidad ante la estética o si se me permite, adecuando su estética a la comodidad y los recursos disponibles, sin la necesidad de aparentar nada.

 

Si hay algo que crea, es que lo que hace buenos testimonios a estos artistas, es que en los dos casos no vemos a héroes ni a penosos personajes, sino que vemos a personas en su cotidianidad. Y si eso es así tanto en la obra de Levitt como de Mason, es porque ellos eran fieles a si mismos. Levitt fotografiaba la belleza de las calles y la cultura urbana emergente, Mason hacia y pintaba sus esculturas tal y como veía las gentes. Si ambos eran capaces de hacer su obra así de sincera es porque amaban lo que representaban y lo conocían muy de cerca. No creo que podamos pedir que un artista ponga su talento a disposición de los más necesitados o pobres, por motivos políticos, ya que si hacemos esto, estaremos pidiendo que dejen de ser fieles a lo que ven, empiecen a ser publicistas y dejen de ser artistas.

Salida de la fruta ya la verdura del corazón de París.(1965)

 

Bibliografía

 

MACBA. (s.f.). Recuperado el 13 de 01 de 2018, de Helen Levitt: http://www.macba.cat/ca/helen-levitt

Ribalta, J. (2010). Helen Levitt, Lírica Urbana. Madrid: La Fabrica.

Wikipedia. (26 de 11 de 2016). Wikipedia. Obtenido de https://ca.wikipedia.org/wiki/Helen_Levitt

Berger, J. (2017). El tamaño de una bolsa. Madrid: Alfaguara