Por Juan Carlos Solórzano

Adentrándome en los sucesos del Mayo del 68, basándome en las dos críticas fundamentales que son la crítica social y la crítica artística. Utilizo estas dos críticas como categorías para poder explicar este complejo periodo histórico y sobre todo para analizar las respuestas del poder a cada parte de las críticas. La evolución de estas críticas dejará un contexto en el que se darán revoluciones culturales y transformaciones que explicaran legados que a día de hoy siguen vigentes en el imaginario colectivo. Precisamente parte de este legado, vienen de lecturas historiográficas conservadoras como la de Regis Debray, intelectuales de corrientes ideológicas diferentes y “líderes” del movimiento y sindicatos que mediante una visión cínica intentarán tapar la herencia emancipadora y revolucionaria de este evento, en el cual German Cano y Foucault tendrán algo que decir.

La aparición de nuevos agentes en el tablero de juego provocó cierta incerteza en el marxismo. Chantal Mouffe decía en una entrevista que ‘’tanto los partidos socialdemócratas como los partidos marxistas más tradicionales no sabían qué hacer porque no entraban en sus categorías (…) El problema fundamental de la capacidad de entender esos movimientos para el marxismo tradicional seguramente es que no se podían expresar en términos de clase’’. (Instituto 25M, 2015)

Hilando con esta incapacidad, Germán Cano (2011, 90) en La vida en juego, mayo del 68 como encrucijada biopolítica decía lo siguiente comoalusión a esta cosmovisión que tenía el marxismo: ‘’el 68 irrumpió como el laboratorio político de un mundo donde, para bien o para mal, el problema político de la <<vida>> -ya no religión, ya no tanto la <<historia>>, ya no <<el hombre>> había terminado por problematizar y afinar ese marco insuperable que años antes, según Sartre, por ejemplo, representaba el marxismo’’.

En El nuevo espíritu del capitalismo de Luc Boltanski y Ève Chiapello analizan como el capitalismo pudo incorporar reivindicaciones laborales que se situaron no solo en las fábricas sino en la sociedad. Se situó como un problema político de la <<vida>>. En esta obra se distinguen dos tipos de críticas que se transcribieron durante el Mayo del 68: la crítica social y la crítica artista.

La crítica social se vinculaba más a los obreros movilizados preocupados por las incertezas delante de las reestructuraciones y modernizaciones durante la década de los 60’s del aparato productivo. Su lucha tenía un antagonista claro, que era la explotación capitalista, la oligarquía, contra los monopolios… Una de las demandas más importantes o destacadas de esta crítica que se conectaría con la demanda artística era la demanda de ‘’seguridad’’.

La crítica artística se relacionaba mayoritariamente a los estudiantes (juntamente a jóvenes asalariados recién salidos de la universidad y otros centros educativos). Esto se contextualiza con la gran cantidad de estudiantes que se inscribieron en la Universidad (se quintuplicó entre 1946 y 1971). Pese a ello, vieron como sus expectativas y condición de estudiantes cayeron a la hora de encontrar un trabajo que les diera una oportunidad de trabajaren labores más creativas y no sometidas a una jerarquía. De hecho, el movimiento estudiantil utilizaba en sus discursos cuestiones de desigualdad de oportunidades al terminar los estudios en función del capital social heredado del entorno social y/o familiar (algo que es vigente hasta ahora). Como bien exponen Luc Boltanski y Ève Chiapello (2002, 245) la crítica artista se basaba en: ‘’el desencantamiento, la inautenticidad, la <<miseria de la vida cotidiana>>, la deshumanización del mundo bajo el dominio de la tecnificación y de la tecnocratización; por otra, la pérdida de la autonomía, la ausencia de la creatividad y las distintas formas de opresión del mundo moderno’’.

Sin embargo, esta separación no hay que tomársela al pie de la letra ya que en varios momentos van de la mano (la potencialidad de ambas críticas juntas es lo que hace que las patronales tomen diferentes respuestas). Esta convergencia del movimiento crítico nos lleva a un paisaje con ‘’rasgos comunes de la etapa comunista de Marx (…): un mundo semejante, la seguridad estaría garantizada para productores completamente autónomos cuya evaluación a manos de terceros no sería jamás legítima (como podemos verlo, por ejemplo, en la doble reivindicación de un salario estudiantil y de la supresión de los exámenes) ’’ (Boltanski y Chiapello 2002, 249).

La primera respuesta fue la más clásica, a saber, políticassociales que suponían un aumento de los salarios bajos, reducción de disparidades salariales, gestión planificada, formación permanente…. Pretendían evitar el desborde de los sindicatos mediante acuerdos con los sindicatos nacionales y seguidamente pretendían responder a los cuestionamientos de la autoridad y jerarquía, demandas de control democrático de las empresas y sobretodo el ‘’rechazo al trabajo’’ de los jóvenes. Esta primera respuesta supuso avances sociales destacables aunque no solucionó por completo los problemas que venían sobre todo de la crítica artística, un ejemplo claro es el rechazo al trabajo, lo que llamó Jean Rousselet <<alergia al trabajo>>.

La segunda respuesta se concentró en la crítica artística (y olvidándose de lo social) originó un ‘’nuevo espíritu del capitalismo’’. Este nuevo espíritu no se centra en el liberalismo económico histórico sino que apuesta por nuevas formas de coordinación, esdecir, nuevas formas de vincularse unos con otros mediante las relaciones sociales cotidianas. De hecho un significante importante de esta respuesta, es el de la flexibilidad, que da la posibilidad a las empresas de adaptar rápidamente su aparato productivo y el nivel de empleo a las evoluciones de las demandas: “El nuevo espíritu del capitalismo ha podido comprenderse, en los primeros momentos de su formulación, como una superación del capitalismo, al tiempo que, desde este punto de vista, como una superación del anticapitalismo”. (Boltanski y Chiapello 2002, 296)

De alguna forma, este espíritu del capitalismo recogía la crítica hacia el Estado que normalmente se vinculaba a la extrema izquierda de los años 60’s y 70’s.

“La crítica del Estado (como la de, desde otro punto de vista, las burocracias sindicales) era una de las mediciones por las cuales se expresaban el rechazo del segundo espíritu del capitalismo, y la esperanza, no formulada como tal, de esta formación original de reconciliar los contrarios: un capitalismo izquierdista”. (Boltanski y Chiapello 2002, 297)

Asimismo, Slavoj Zizek resumía este ‘’nuevo espíritu del capitalismo’’ como el abandono del proceso de producción ‘’fordiano’’ (de Henry Ford) desarrollando una organización basada en una red de trabajo con varios trabajadores que se organizan mediante grupos y/o proyectos en busca de la satisfacción de los clientes y el bienestar (aquí se podría poner de ejemplo el ecologismo). Zizek siempre destaca aquel grafiti que se vió en Paris para explicar su visión del Mayo del 68, a saber, ‘’Las estructuras no caminan sobre las calles’’. Precisamente para Zizek pasó eso, que las estructuradas bajaron a las calles, argumentado (desde cierta lectura de Lacan, que mi compañero Jordi Mariné analiza recientemente en profundidad) que se dio un cambio estructural en las bases sociales y simbólicas en Europa. Es decir, las estructuras del capitalismo cambiaron su piel para adaptarse a ese contexto. Por otra parte, en muchos de sus escritos deja entrever que la supuesta transformación cultural cedió dentro de la propia estructura capitalista.

En cambio, en una entrevista en Proyecto Brandaris a Germán Cano expone los problemas de esta visión, dados a causa de un análisis reduccionista en el ámbito de las batallas culturales: ‘’Todo remite a una plantilla que es el vínculo delsujeto con su goce y su apego a una situación de subordinación; hay una antropología demasiado pesimista en su planteamiento. Creo que Gramsci ayuda a entender la ideología desde otras claves’’ (Proyecto Brandaris 2017)

Siguiendo con Germán Cano, en Adoquines bajo la playa. Escenografías biopolíticas del 68, nos presenta como el Mayo del 68 fue un experimento ‘’quiníco’’. En La vida en juego, mayo del 68 como encrucijada biopolítica vemos la siguiente distinción:

‘’La distinción sugerida por Sloterdijk entre <<quinismo>> y <<cinismo>> […] Mientras que el gesto quínico, por ofensiva e insolente que públicamente se manifieste -evóquese la desvergüenza de Diógenes frente al elevado intelectualismo de Platón o poder de Alejandro- encarna una sugerente vulnerabilidad, el del cínico, propio del soberano poderoso y prepotente, solo busca su autoafirmación’’ (Cano 2011, 90-91). El actual cinismo, separaba el conocimiento de la acción como si solo con saber ‘’cómo funciona el mundo’’ para protegerse y evitar cualquier encuentro o conflicto con aquello que pueda arrebatarle su posición de privilegio. En cambio el quínico plantea una tensión asimétrica con el poder que debe problematizarse. No tiene miedo a transformar su contexto o transformarse (contaminarse) a sí mismo. Estas dos figuras no son independientes, interactúan entre ellas: el quinismo muestras las vergüenzas que el cinismo no quiere ver. ¿Esto significa que el Mayo simplemente fue acto insolente que intentaba resistir dentro del campo de fuerza del poder? Cano nos dice que esa resistencia no la debemos concebir como un ‘’exterior’’ al campo de fuerzas, sino a un ‘’límite’’ que será poderosa cuando más cerca del lugar exacto en el que se ejercen de las relaciones de poder.

Una muestra más ilustrativa sobre el quinismo puede ser la imagen de Daniel Cohn-Bendit frente a un policía. Este policía con una superioridad física evidente, al que sin embargo Daniel le sonríe irónicamente. El policía le mira serio. En este momento, es en el que la dialéctica amo-esclavo de Hegel se interrumpe mediante un gesto irónico. Este gesto vendría a decir que el poder del dominador también depende del dominado, es decir, ‘’dependes de mí, yo también tengo poder’’.

Podemos observar que se puede analizar desde diferentes perspectivas el Mayo del 68 y nos aportan argumentos para entender la ruptura que significó este evento histórico. Lo podemos ver desde la perspectiva del trabajo y nuevas formas de producción, un cambio cultural y transformación de subjetividades. Si bien es cierto que los cínicos a menudo se refieren al Mayo del 68 como una alianza entre sexo y libertad, me quedó con la respuesta de Foucault en 1980 a Jean Daniel:

‘’Me pregunto si no es el acaso una actitud un poco severa para con lo que sucedió en Mayo del 68 el reducir los acontecimientos a la alternativa de una ideología un poco arcaica que se manifestaba en la sobrevaloración del vocabulario marxista y en una suerte de manifestación festiva. Me parece que hubo otra cosa muy importante: el descubrimiento o la emergencia de nuevos objetos, de toda serie de dominios, de la existencia de repliegues de la sociedad, de dobleces de las vivencias de hasta entonces habían sido totalmente olvidados por el pensamiento político […]. Que a través de las discusiones sobre estos fenómenos, sobre estos aspectos inmediatos de la existencia, se haya inventado otra perspectiva y la posibilidad de afirmar, pese al discurso político, ciertos derechos de la subjetividad, ha sido algo más importante que lo festivo y lo discursivo’’. (Foucault, 1980)

A modo de conclusión utilizaré un artículo que me pasó mi compañero Roc Solà (mientras escribía este artículo) de Viento Sur, que hablaba sobre la importancia del papel de los intelectuales para la neutralización del Mayo francés. Desde Régis Debray con su interpretación de que el 68 permitió la modernización del capitalismo, hasta antiguos líderes del Mayo que ‘’racionalizaron su reclasificación social haciendo de la generación 68 una generación liberal-libertaria (según Serge July, expresándose en mayo de 1978 en la revista Esprit) ’’ (Gobille, 2018). La historiografía conservadora separa lo material (reivindicaciones cuantitativas) y lo cultural (reivindicaciones cualitativas) que vienen precedidas de una falta de dialogo con Gramsci (entre otros). Antes mencionábamos que Gramsci permitía una lectura de la ideología que abre más posibilidades de análisis (y sobretodo de acción), ya que pone encima de la mesa conceptos como la Hegemonía, sociedad civil/Estado, y en equilibrio hegemónico el Estado Integral, que vendría ser una <<combinación de fuerzas y consenso equilibrada en proporciones varias sin que la fuerza prevalezca en gran medida sobre el consenso>>. Por otra parte, reivindicar la materialidad de las ideas (cosa imprescindible para entender el Mayo del 68). Las ideas son en última instancia acciones que intervienen, alteran y cambian la realidad, dado producen consensos, relaciones de dominación y ‘’regímenes de verdad’’ que hacen que su desconstrucción no sea cambiar una idea por otra, esto funcionaría si la ideología fuese un conjunto de ideas inmateriales, si no que es algo más complejo que resumidamente, vendrían a ser batallas por el sentido.

 

Referencias

– BOLTANSKI, L; CHIAPELLO E. 2002. El nuevo espíritu del capitalismo. Madrid: Ediciones Akal S.A. ISBN 84-460-1558-2002

– CANO G. 2011. La vida en juego. Mayo del 68 como laboratorio biopolítico. En: M. CERECEDA; G. VELASCO (eds.) Incomunidad: el pensamiento político de la comunidad a partir de Roberto Esposito. Madrid: Arena Libros S.L, pp. 81-114

– FOUCAULT M. 1980. <<Le Nouvel Observateur e l’unione delle sinistres>> en Spirali, Giornale internazionale di cultura, año 3, Nº15, Milan, pp.54 [traducción de G. Cano]

– GOBILLE B. (2018) “Explotación, alienación y división social del trabajo” en Viento Sur. [Consulta 23 de abril del 2018] Disponible en: http://vientosur.info/spip.php?article13490#_edn1

– PROYECTO BRANDARIS: Entrevista a Germán Cano. 2017. [Consulta 23 de abril del 2018] Disponible en:

https://proyectobrandaris.com/2017/04/10/entrevista-a-german-cano-i-lo-que-me-parece-hoy-politicamente-peligroso-es-que-podemos-termine-identificandose-con-esa-burda-caricatura-que-proyectan-como-puro-reverso-negativo-los-pensad/

– INSTITUTO 25M. Mayo del 68 e incapacidad del marxismo, por Chantal Mouffe. 2015. [Consulta: 20 de abril de 2018] Disponible en: https://instituto25m.info/mayo-del-68-chantal/#