Por Jordi Romano y Roc Solà
Ernesto Castro es una joven promesa de la filosofía española (1990) que actualmente está doctorándose en al Universidad Complutense de Madrid. A pesar de su temprana edad, es ya autor de dos libros “Un palo al agua: ensayos de estética (Murcia, 2016)” y “Contra la postmodernidad (Barcelona, 2011)”. También es coordinador de “El arte de la indignación (Salamanca, 2012)” y “Bizarro (Salamanca, 2010)” y colaborador en “Indignación y rebeldía (Madrid, 2013)”, “Humanismo-animalismo (Madrid, 2012)” y “Red-acciones (Valladolid, 2010)”.
El pasado martes 10 de octubre diste una charla en la Universitat Autònoma de Barcelona sobre la “Autodeterminación de los pueblos desde una perspectiva soviética” en la que hiciste un recorrido por todas las variadas lecturas sobre esta temática hecha por el pensamiento marxista dentro de un ciclo de conferencias con motivo de los 100 años de la revolución rusa. Ese mismo día, estaba convocada una sesión extraordinaria en el Parlament en la que se hablaba de que se iba a hacer la declaración de independencia de Cataluña. ¿Qué puntos de la charla crees que ayudan más a pensar la autodeterminación de los pueblos en el siglo XXI?
Yo creo que lo más interesante es el análisis que ofrece Marx en el siglo XIX sobre la situación aquí en España. La paradoja principal política que leería Marx sería que, España no necesitando un ejército nacional permanente dado su carácter peninsular del propio Estado (al estar protegido por el mar y los pirineos) porque una buena milicia podría perfectamente defender la integridad del territorio. Sin embargo, tuviera ya desde finales del siglo XV, principios del siglo XVI, un ejército regular. Muchos creen que esta sería la gran innovación española en términos militares, a saber, desde tiempos del Gran Capitán con la conquista de Granada y luego con las campañas en Nápoles se implantará en España un modelo de ejército estatal regular como no había otro prácticamente desde la época romana. Con la figura de los tercios, con el uso combinado de armas de fuego y armas blancas, los españoles le dan a la época moderna un concepto más administrativo o unificado y colectivo de la guerra. Esta el famoso pasaje de Cervantes en El Quijote donde el triunfo de las armas de fuego sobre las armas blancas donde cualquiera medianamente entrenado puede matar a cualquier otra persona con un arma de fuego mientras que en el combate cuerpo a cuerpo se requiere una capacidad practica singular, esto es, que en los combates de armas de fuego no puede haber heroicidad sino solidaridad entre los soldados, que están precisamente soldados, contra el enemigo. Así la función principal de este ejército permanente habría sido imperial y colonial. Lo que dice Marx es bien sencillo. En la época moderna ese ejército, una vez perdidas las colonias, tan solo puede tener una función represora, esto es, ser una suerte de gran cuerpo policial que tenga como función en última instancia garantizar en un estado de excepción la legitimad del orden constituido. Esto fue lo que de hecho sucedió en julio del 36 donde el ejército regular con función colonial de conquista de marruecos se levantó para oprimir a su propio pueblo. Esto puede parecer como una retórica muy metafísica, pero creo que es bastante preciso. Así, resumiendo, la única función que puede desempeñar el ejército con la pérdida de las colonias es una función represora y así está recogido en la actual constitución del 78 que el garante en última instancia de la unidad nacional es el ejército a cuya cabeza se encuentra el rey. Entonces, el ejército y el rey fueron en el siglo XIX las dos instituciones que se pusieron alternativamente del lado de la reforma o de la contrarreforma. No se puede decir que en España hubiera algo así como una revolución burguesa ni siquiera una revolución burguesa frustrada como diría Jordi Solé Tura. Lo que hubo fue una especie de continuidad del antiguo régimen a través del liberalismo del siglo XIX con los diversos pronunciamientos militares que fueron marcando el compás de la evolución política en España.
Por lo demás, yo creo que el debate sobre el derecho de autodeterminación, por ejemplo, en Polonia o en Irlanda no es absolutamente extrapolable al caso español. Quizás lo seria para una región más como Galicia más que para Cataluña, a saber, tanto Galicia como Irlanda formaron tradicionalmente parte de coronas históricas como la de Inglaterra o la de Escocia, y fueron de hecho regiones relativamente prósperas, así la relación que tenía Reino Unido era muy parecida a la que tenía España o Castilla respecto de Galicia. Había sido pues una región que había gozado de cierta autonomía después de la muerte de Alfonso VI, pero que había sido una región tradicionalmente vinculada a la región de Castilla. Bien, esa región que había sido una de las regiones más pujantes en términos económicos donde había una calidad de vida a mediados del siglo XVIII 15 años mayor de esperanza de vida, se convirtió a mediados del siglo XIX en una región empobrecida y casi deshabitada con todo lo que fue la emigración a América que es algo muy parecido a lo que sucedió en Irlanda en el siglo XIX con la hambruna de la patata. Así tanto en Irlanda como en Galicia se quedaron como grandes bastiones de un cierto conservadurismo católico que se expresa en el caso gallego a través del PP… y ese sería el mayor paralelismo que se pueda hacer de ese caso con España. Catalunya no es evidentemente Galicia. Porque Catalunya no se puede considerar ni siquiera una colonia, que era la tesis de Beiras durante la transición que publicó un libro sobre el subdesarrollo en Galicia, que venía a decir que Galicia había sido una especie de colonia en España. No se puede decir lo mismo sobre Catalunya, es más Catalunya tenía menos población que Galicia en el siglo XVIII y es a través de la decisión que toman los borbones tardíos, ya después de la Restauración, de privilegiar ya la industria del algodón en vez del lino en Galicia los que fuerzan todo el proceso migratorio a Catalunya. Bien, en Catalunya hay una cosa paradójica, es que en realidad estamos asistiendo a una defensa de la identidad cultural allí donde esta está amenazada, esto es, el Galicia donde la mayor parte de la población se considera española y gallega y el idioma regional se habla en los pueblos todo el día, no hay necesidad de defender esa identidad que se da por presupuesta, porque no está bajo amenaza, esto es, no hay flujos migratorios del resto de la península a esa región.
Entonces, la parte más importante, para dar respuesta a la pregunta, para el presente yo creo que es la parte que dedica Marx a España y quizás la influencia que tuvieron los planteamientos de la Unión Soviética en el debate Nin-Maurín, dos trosquistas catalanes que formarían luego el POUM, debatieron en los años 30 sobre el derecho a la autodeterminación. La posición de Maurín era la famosa tesis de las 3 etapas, a saber, en la construcción nacional catalana habría una primera etapa conservadora, encabezada por Cambó y Prat de la Riba bajo la monarquía. Una segunda etapa burguesa, encabezada por ERC durante la república burguesa y, posteriormente, una etapa revolucionaria ya encabezada por el POUM. Así Maurín lo que privilegiaba era una destrucción o desmembramiento de España para que ya una vez desmembrada se pudiera unificar todas esas repúblicas independientes en una suerte de gran federación ibérica. Frente a eso, Nin tenía una visión mucho más realista y creía que no se debía fomentar el secesionismo ni el nacionalismo y que, si bien es cierto que hay regiones como Cataluña, Galicia y el País Vasco, se debe estudiar en cada caso si la inclinación por el autogobierno tiene una inclinación progresista o retrograda. Así, él consideraba que el nacionalismo Vasco era absolutamente retrógrado frente al nacionalismo catalán que estaba llamado a ser el que realizara en Catalunya las tareas de la revolución democrática mientras que en Galicia ni siquiera se pronunciaba. Pero desde luego él consideraba que otras regiones, como Valencia, Murcia o Andalucía, en la medida que no tenían ninguna tradición de autogobierno como el caso catalán o navarro, no requerían de esos ajustes. Tiene un modelo de unificación forzada, pero también en parte voluntaria de todas las repúblicas soviéticas en el año 1924.
Haciendo una suerte de paráfrasis, salvando las distancias, de los debates de hace cien años entre Lenin y Trotsky sobre la posibilidad del socialismo en un solo país. ¿Crees que es posible la democracia radical y soberana en un solo país hoy?
Aquí habría que definir que es la democracia radical y soberana. Bien, en la propia formulación ya das por presupuesto casi un marco conceptual que yo llamaría domenechiano porque era un término que utilizaba mucho uno de mis maestros, Antoni Domènech, sobre quién escribí una necrológica hace unas semanas cuando murió. Bien, él entendía por democracia básicamente lo que se entendía en la Grecia antigua, a saber, el gobierno del pueblo bajo y pobre. Decía Aristóteles que la democracia no era el gobierno de la mayoría, simplemente se daban la circunstancia nada arbitraria de que los pobres siempre eran mayoría. Entonces, la democracia de Pericles o de Aspasia en el presente tendría que ser una democracia imperial, como de hecho era la de Pericles. La democracia de Pericles era una democracia coronada por la propia figura de Pericles que, a través de la Liga de Delos y de unas minas de plata y oro a las que tenía acceso Atenas, pues pudo imponer su moneda y sus armas por todo el Peloponeso hasta que fue discutida su hegemonía por Esparta, cuya hegemonía fue a su vez cuestionada por Tebas. Entonces, ¿puede realizarse esto que estoy exponiendo ahora? Parece entonces que solo es posible una democracia radical y soberana en un Estado fuerte y grande, militarizado y con una moneda que tenga solidez internacional. Pero yo creo también, y a esto habría que darle una vuelta, porque yo me pregunto, ¿en qué Estado, insisto, entendiendo por democracia el procedimiento de toma de decisiones colectiva a través de las votaciones, Suiza, que es un país de 5 millones o Rusia, que es un país territorialmente y geopolíticamente inmenso, el más grande del mundo, demográficamente de tamaño medio, o Méjico, por ejemplo, que es el país más importante de la hispanidad, territorialmente de tamaño medio o grande y demográficamente en el top 20? Más bien habría que inclinarse por Suiza. Entonces, claro, aquí también depende de cómo se conciba la democracia. Si esta consiste en tomar decisiones con el procedimiento del voto pues evidentemente un Estado más pequeño tiene más opciones. Evidentemente a esta pregunta no se puede responder con un sí o un no, depende del contexto y del conjunto de alianzas geopolíticas que permitan que Estados pequeños puedan ejercer una democracia plena y soberana sobre muchos campos de acción. Si en Suiza se quisieran subir los impuestos sobre los capitales o se quisiera desvelar los secretos del sistema bancario, seguramente, ese país milagroso se iría a la bancarrota. O en el momento que cualquier país vecino lo quisiera invadir de manera unilateral.
Siguiendo con el tema de la soberanía que parece presentarse como uno de los temas estrella ahora mismo en la Unión Europea, y con especial importancia en el Sur de Europa. En Cataluña vemos un proceso que puede construir una nueva república. Enric Juliana, habla de que las élites catalanas estarían optando al premio “Gattopardo de oro”. Por otro lado, vemos que con los últimos acontecimientos de violencia y escalada de la tensión, podría haberse dado un desplazamiento hacia lo popular. ¿Qué implicaría la soberanía en una república creada por vías no pactadas?
Yo quisiera matizar dos cosas antes de responder a esta pregunta, a saber, yo creo que el elemento popular está desde el comienzo, no hay que negar que evidentemente, ya desde la diada de 2012, ha habido manifestaciones masivas en Barcelona reclamando un referéndum de autodeterminación o de independencia. Y lo único que ha habido en este caso es una aceleración de los procesos de choque de un Estado, que evidentemente por razones existenciales ya no puede permitir que se le desafíe hasta el nivel de convocar un referéndum que conduce a la independencia. En cuanto a qué implicaría la soberanía en una república creada por vías no pactadas, pues de nuevo habría que entrar en el concepto de soberanía. Nadie es soberano porque lo sí mismo. Tan solo es soberano un Estado en la medida que es reconocido por terceros. Entonces, ha habido muchos Estados, sobre todo, desde la caída de la URSS en adelante que se han querido autoproclamar: Abjasia, Chechenia… con resultados bastante negativos, nulos quiero decir. De facto, si ningún Estado te reconoce, no eres un Estado. La cuestión curiosa, que es algo que está en Hobbes, es que en el ámbito estatal no hay ninguna autoridad política de facto por encima de los estados. La relación que tienen los Estados entre sí es similar a la que tendrían los humanos en el estado de naturaleza, esto es, una situación de mutua agresión, pero también de reconocimiento de la defensa militar que pueda tener el adversario, etc. Entonces, una Catalunya cuya independencia se declarara de forma unilateral tendría muy poco visos de que esa independencia fuera reconocida en el marco europeo por las razones evidentes de que hay Estados que contienen regiones que también tienen esa misma vocación (el caso muy señalado de Francia con Cerdeña y el de Reino Unido con todo prácticamente). Pero, evidentemente, fuera de la Unión Europea sí que hay Estados que tienen intereses en reconocer a Catalunya como independiente, independientemente de la vía por la que se produzca esa independencia. Así, tenemos el caso ruso, yo creo que es el caso más claro en el que ha habido un posicionamiento mediático favorable a la independencia (ya sea esta unilateral o pactada).
En el libro de Curzio Malaparte, La técnica del golpe de estado, el autor hace una lectura de la Revolución Rusa donde pone de relieve el hecho que, más allá de las masas en la calle, la revolución debía pensarse en términos muy concretos y técnicos, a saber, qué edificios y apartados materiales del estado, como los telégrafos y los ferrocarriles, debían tomarse primero. ¿Crees que el centenario de la RR puede significar, para el pensamiento emancipador, en una suerte de crítica a la posmodernidad, una vuelta a pensar en términos más concretos los procesos de cambio?
No necesariamente. Ya desde los primeros aniversarios de la Revolución soviética, de la toma del Palacio de invierno se impuso una visión casi culturalista y una primacía de la labor de los artistas sobre la labor de los sociólogos o de los analistas o de los historiadores. Por ejemplo, el monumento de Tatlin, con motivo del tercer aniversario del 1917. Un monumento que pretendía ser también la sede de la Tercera Internacional y, como es sabido, se trataba de un edificio monumental más alto que la Torre Eiffel que, si no recuerdo mal cada uno de los sólidos ocuparían diversos niveles. Un cubo enorme para la planta baja que tendría que alojar al soviet supremo de la Rusia sovietista. Encima del cubo, una pirámide que tenía que alojar el poder policial y judicial, la checa y el KGB y encima, en una esfera, el poder de propaganda, el Agitprop. Lo cual daba por supuesta una visión de los poderes muy diferente de los que hay en Occidente (poder judicial, legislativo y ejecutivo). Allí, pues se daba por supuesto que esos tres poderes están unificados en el soviet supremo que hacía y deshacía las leyes conforme a la transformación material de la realidad y, en realidad, los tres poderes eran: el político, el policial y el poder propagandístico (entendiendo que la propaganda estaba por encima de todo lo demás). Así, los artistas y los propagandistas alcanzaron una importancia increíble en los primeros años ya del aniversario de la Revolución soviética. Se me ocurre por ejemplo el caso de Serguéi Eisenstein, quién, como es sabido, dirige Octubre en el 1921 y muchas de sus imágenes, siendo reconstrucciones, se toman como documentos fidedignos de lo que sucedió. Entonces es muy divertido ver como el propio arte soviético, con fines puramente propagandísticos, se ha convertido en reliquia historiográfica. A día de hoy, la conmemoración de la Revolución soviética no tiene por qué tener unos tintes de “regreso a las cosas mismas”, más bien al contrario, lo que vemos incluso en la propia camiseta que yo llevo puesta ahora mismo, es un triunfo del hábito, esto es, de una de las diez categorías de Aristóteles que consideraba externa o accidental y del merchandising de todo lo que tiene que ver con el formato de la película de Alexander Kluge, Das kapital. En esa película se pretende realizar el proyecto fallido de Serguéi Eisenstein de grabar El capital en película. Lo que hace es una película de 9 horas, típicamente posmoderna, a mi juicio, en el sentido preciso que le da Jameson, no como insulto, como pueda ser la palabra facha, sino de la lógica cultural del capitalismo tardío (que es la definición más precisa que ofrece Jameson). Esto consistiría en convertir en producto de consumo incluso a su antagonista, esto es, a la propaganda comunista.
Si uno lee el ¿Qué hacer? de Lenin se da cuenta, entre otras cosas, de dos temas centrales en sus reflexiones y análisis. Por un lado, el debate acerca del Partido y por otro el estudio concreto de la relación con los otros actores políticos del país. Una de las grandes críticas al proceso catalán es el que no se está debatiendo en profundidad prácticamente nada. A nivel español también se podría echar de menos este debate estratégico honesto y en profundidad. ¿Por qué crees que se da esta ausencia?
Yo no creo que se esté dando esta falta de debate, de hecho uno de los grandes ticks de la izquierda es creer que con más debate se solucionan las cosas. Hay un momento en el que, por así decir, se tiene que pasar el arma de la dialéctica a la dialéctica de las armas (esto es una frase textual de Marx). Entonces, en el caso de Parlem?, que es un proyecto articulado por el puro logos del discurso dialogante pero sobre el que se han puesto muy pocas condiciones. O sea, Podemos ha intentado realmente ponerse de perfil en el choque de trenes entre el Estado español y el Estado catalán para perder el menor número de votos en sus caladeros tradicionales, que son el País Vasco y Catalunya y en menor medida, en Andalucía, Madrid, Galicia y las grandes capitales de diversas regiones. Entonces, ¿Se ha debatido o no se ha debatido en profundidad? Yo creo que sí que ha habido debates interesantes sobre este tema y que, de hecho, lo que falta es un poco más de concreción práctica. Pero tampoco creo que a día de hoy, Podemos o la izquierda en Catalunya tengan capacidad para autonomía en la acción con respecto del Estado español y la Generalitat que son los grandes protagonistas del momento. Yo creo que sí que ha debatido, pero la forma en la que se ha expuesto intelectualmente no nos interesa o no la consideramos propia.
Por otro lado, ha llovido mucho desde el 1917 y se ha reflexionado desde disciplinas muy diversas sobre el concepto de revolución. Por proximidad temporal, las últimas experiencias latinoamericanas y el concepto de socialismo en el siglo XXI, que tanto han influido en los fundadores de Podemos, han redefinido lo que se podría entender por revolución. A riesgo de ser una pregunta demasiado amplia, ¿qué se podría entender hoy en día por Revolución?
Uno podría empezar de manera sistemática, hablando de las revoluciones astronómicas, pero por ir al grano, volvería a repetir una de las ideas claras de este directo: en España no se ha abolido el Antiguo Régimen, sino que se parcheó y se reformó y que, por lo tanto, la verdadera revolución sería la revolución que acabara con las rémoras de ese Antiguo Régimen. Lo que pasa es que ese Antiguo Régimen se puede destruir y reconstruir de diversas maneras. Así, tan revolucionario es la independencia de Catalunya para España como la abolición, por ejemplo, de la autonomía de Catalunya, y por lo tanto la abolición de los fueros provenientes del Antiguo Régimen y la instauración de un Estado unificado de tipo jacobino. De ahí, las afirmaciones que yo he hecho, para ciertos medios, que la independencia de Catalunya es más revolucionaria en España que en Catalunya porque en Catalunya la secesión tan solo supondría la consumación de un proceso de reconocimiento de una cierta forma de autogobierno local que proviene prácticamente de la unión de la corona de Castilla y Aragón. Mientras que para España, la separación de Catalunya iría de la mano, por lo menos de la destrucción del Antiguo Régimen, por la vía de su desmembramiento.
Hablemos un poco de un tema que te toca más de cerca. La filosofía. Si asumimos el planteamiento de Hegel que la lechuza de Minerva sólo emprende su vuelo al anochecer, algo así como que la sabiduría y la lucidez sólo podrían aparecer a toro pasado, cabe contraponer la frase de Lenin: “Lo importante no es tener razón sino tener razón en el momento oportuno”. ¿Qué papel juega la filosofía en el debate político de la actualidad? ¿A qué nivel ves a los intelectuales catalanes y españoles en el marco global? ¿Es verdad la sensación de que no pintan mucho?
Respondería de manera taxativa. Los intelectuales españoles y catalanes, lejos de ser un cero a la izquierda a nivel internacional, están bastante bien respetados y reconocidos. Así, en un libro conocido que se publicó este año, titulado El gran retroceso, se tradujo en Seix Barral, un proyecto editorial capitaneado por una editorial alemana, la editorial clásica del marxismo en Alemania (…), con la colaboración de Seix Barral y las principales editoriales de las principales lenguas europeas, en ese volumen sobre el gran retroceso, esto es, la emergencia de los grandes movimientos populistas de derecha radicales, como Marine Le Pen, Viktor Orban, Donald Trump o el caso Polaco, o el propio Putin, en ese volumen colectivo hay hasta 3 autores españoles. Están César Rendueles, Santiago Alba Rico y está Marina Garcés, es más, España es, después de Gran Bretaña, el país que más intelectuales aporta a ese libro colectivo organizado por alemanes. Hay más españoles que alemanes, tan solo hay más británicos que españoles porque se pueden contar como británicos a los inmigrantes indios que emigraron allí. Yo diría que a día de hoy los filósofos cumplen un papel más importante que nunca. Hasta ahora, el filósofo siempre ha estado intentando aproximarse al poder metiendo la pata muchísimo, como sucedió en Siracusa por parte de Aristóteles y, sin embargo, en el presente nos encontramos con chavales jóvenes que estudiaron filosofía en la Complutense, algunos de los cuales fueron mis alumnos, como el caso del hijo de Carlos Fernández Liria, Edu Fernández Rubiño, que es miembro de la asamblea de Madrid, en la cual ha hecho algunos discursos a favor de la continuidad de la filosofía en la enseñanza secundaria. El casto también de Gabilondo que estuvo a punto de ganar esas elecciones a la comunidad de Madrid, que también fue profesor mío, y que, de hecho, dejo de darme clase porque fue ministro de cultura. Entonces, los filósofos, ya sea en su condición de puros oradores, como es el caso de Gabilondo, ya sea en su condición de intelectuales o ideólogos, como es el caso de Rendueles o Santiago Alba Rico, creo que están desempeñando una papel central… o el caso también de Marina Garcés en el ámbito catalán, está desempeñando un papel crucial en la configuración no solo del panorama político sino también de cultural, con todos los debates sobre la cultura popular que se han producido desde la formación del 15M en adelante.
Ahora recién, hiciste una especie de analogía entre personajes de la escolástica cristiana (los fundadores del cristianismo) con los fundadores de Podemos. Zizek, en “Amor sin piedad”, habla de que la fundación de la universalidad religiosa necesita una ruptura, desde afuera, es decir, que el cristianismo no se quede en una secta de 4 judíos. Él identifica las dicotomías: San Pablo-Cristo; Lacan-Freud y Lenin-Marx. También habla de que faltan santos para fundar aún el marxismo y critica que ahora éste es solo un tema de estudio en la academia y de 4 intelectuales. ¿Existe la posibilidad todavía de fundar el marxismo o ya está superado?
En esta pregunta, te refieres a una analogía, que hice en la cuarte clase de la asignatura que estoy impartiendo este año Historia de la filosofía desde la antigüedad al siglo XVIII, entre Tertuliano, Orígenes y San Agustín con los tres intelectuales de cabecera de Podemos, a saber, Monedero, Pablo Iglesias y Errejón. Equiparé a Tertuliano con Monedero dada la beligerancia retórica de ambos y también su chaqueterismo hasta cierto punto, su conversión de un bando a otro, porque, como es sabido, Tertuliano se convirtió al cristianismo luego a la herejía del montañismo y, no convencido de esa herejía, fundó la suya propia. Comparé entonces a Orígenes con Pablo Iglesias, como una figura ungida y aparentemente intocada pero que en el fondo es como una especie de cisne negro. Y a Errejón con San Agustín, esto es, un hombre que está clamando, con los bárbaros a las puertas de su ciudad, y que se ve reducido por la propia coyuntura en la que se encuentra a ser simplemente el último canto de cisne de la cultura clásica romana. Entonces yo creo que Íñigo Errejón es uno de los últimos intelectuales marxistas que ha habido en España, uno de los últimos en cuyo verbo se unifica la dialéctica y la retórica. Yo creo que Errejón no solamente habla bien, sino que habla en ocasiones buscando la verdad, aunque en muchas otras veces habla en código puramente ideológico ¡eh! Pero es un tipo que, evidentemente piensa las cosas en profundidad y que cuando no está hablando en plan prédica o discurso edificante, yo creo que muchas veces da en el clavo en el análisis concreto de la realidad concreta.
Acercándonos un poco a tu trayectoria, ¿te ha supuesto muchos problemas el hecho de grabar y subir abiertamente todas tus clases a Youtube?
No, no me ha supuesto ningún problema salvo el año pasado, como subía los videos y no pasaba lista en mis clases, en ocasiones peligró la posibilidad material de dar las clases. En ocasiones me vi prácticamente solo delante de la cámara y fue gracias a dos oyentes fieles que permanecieron en esa aula hasta el final que pude grabar las clases. Así, he decidido la política del palo y la zanahoria este año. Aunque es un procedimiento que desprecio por su carácter policial, es la única manera de manejar un auditorio que pide ser manejado de esa forma. ¿Cuál es la principal reticencia a la hora de grabar las clases? Los propios alumnos que, a pesar de que les ofreces un contenido que pueden revisar y que no se ven obligados a tomar al dictado en apuntes verbalmente, en clase no entienden exactamente cuál es el formato, lo desprecian o aprovechan la ocasión para… En fin, el alumnado como colectivo sí que es una gran barrera para cualquier innovación pedagógica porque están acostumbrados a modelos de docencia demasiado participativos donde las formas y la democracia o la dialéctica se impone sobre la lógica y la lección que se quiere impartir, o bien, están acostumbrados a un modelo unidireccional en el que yo digo y tú copias. Entonces, los formatos intermedios como el mío en el que estoy planteando líneas de investigación que estoy llevando a cabo en directo son tomados con la mayor incomprensión. Así, uno de los comentarios que me hizo un alumno el año pasado en patatabrava que me inventaba el temario.
¿Por qué crees que no lo hacen más profesores? Podríamos decir, en un modo un poco osado, que tienes una lucha contra la Academia (como institución), contra la Universidad y los profesores. ¿Cómo se vive esa disputa en 3 planos?
Se vive de manera muy relajada porque en realidad la Academia, la Universidad y los profesores, en realidad, viven de espaldas entre sí. Así, uno puede estar cometiendo los mayores crímenes dentro del aula sin que en ningún momento ningún compañero le diga si bien o mal. Entonces, esta libertad que tenemos los profesores para abusar esa hora y media que tenemos en el aula se puede usar para repetir siempre lo mismo, ir con unos apuntes mal traídos o abusar para bien, que es lo que yo pretendo hacer, a saber, plantear proyectos de investigación renovadores, temarios que no se hayan dado, contribuir no solo a que aprendan mis alumnos, sino que haya gente que luego puedan consultar esos documentos en internet.