Voy a clase y me mareo. Me dicen que la ilustración desemboca ineludiblemente en la decadencia de la civilización. Creo que la gente está confusa, y espero que mis camaradas entiendan esto porqué sino, ¡van a complicar más las cosas! En vez de tapar el sol con un dedo.

La ilustración, en tanto que movimiento filosófico, impulsó las revoluciones burguesas e ideó un proyecto político del que nació eso que sea nuestro estado moderno. La teoría imaginaba la construcción de una república cosmopolita global, fundamentada en la ley y la razón, en forma de Estado de Derecho. Intentando construir la sociedad desde la política, a partir de un espacio de debate y argumentación, que plasmaba en leyes y legislación pensada desde el razonamiento. Un proyecto en que el parlamento crea leyes y la sociedad las obedece, un Imperio de la Ley en que gobiernen las leyes y no los hombres. Éste seria principalmente el proyecto político ilustrado, la instauración del Estado de Derecho o la democracia constitucional.

Para lograr que éste planteamiento funcione, el núcleo central de lo social tiene que estar libre, el espacio de la gente, dónde se debate, se argumenta, se elabora la constitución y las leyes debe estar vacío, para que la pauta del ordenamiento jurídico emane de la razón. La ilustración es heredera de la filosofía griega, y Platón sabía ya de la importancia de que el centro estuviera vacío, decía que “quien ocupe el lugar de las leyes debe ser declarado el enemigo más peligroso de la ciudad, quien esclavice a las leyes, sometiéndolas al poder de los hombres, quien haga que la ciudad se someta a los dictados de una camarilla, será enemigo y debe ser condenado a muerte de manera inmediata” Éstas ideas de Platón reaparecen en la Revolución Francesa y se plasman en la constitución de 1793: (Artículo 27) “Que todo individuo que usurpe la soberanía sea de inmediato muerto por los hombres libres”.

Un rey, por definición, dicta las leyes a su voluntad, sin pasar por éste espacio de argumentación y debate, el rey pone la cabeza en un espacio que debería estar vacío, y la única solución es cortársela. Es indispensable mantener el agujero en el espacio nuclear de la sociedad, de tal manera que todo el proyecto político moderno se basa en que los humanos sean pensados como un alguien y un nadie, un cualquiera y un todos. O de la condición de ciudadano (C’s). En el artículo II de los derechos humanos se dice que “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”, de tal manera que antes de permanecer a una cultura, a un sexo, a una nación, antes de ser alguien, ya eres cualquiera, siendo nadie, eres ciudadano. Es importante ver que se habla sobre “o cualquier otra condición”, de tal manera que el vacío siempre sea total, para tomarlo de referente.

Cuando Platón nos habla del rey filósofo nos enseña que tienen que gobernar los que entienden que el papel central de la sociedad, el centro, tiene que estar vacío, solo ocupado por la razón y la filosofía, la libertad materializada en derecho. La razón como ciencia, conocimiento y cultura, un pueblo alfabetizado capaz de debatir en el espacio que se vacía para él, éste es el proyecto que emana de la ilustración.

“Ningún miedo tengo de esos hombres, los griegos, de los cuales es carácter colocar en el centro de la ciudad un lugar vacío al que acuden todos los días para engañarse” dijo Ciro, rey de Persia. Los reyes siempre quieren en el centro de la ciudad un trono para él o un templo para los dioses. Los griegos pusieron un espacio vacío. La ilustración viene a vaciar el espacio para dejar que impere la razón. Un espacio que debe resistir las invasiones y asaltos de la naturaleza y de la historia.

Los griegos nos contaban, en una suerte de mito génesis, sobre el momento en que Urano y Gea copulaban sin pausa, sin dejar espacio en el centro. Gea se quedaba embarazada pero no podía nunca dar a luz porqué el pene de Urano ocupaba el vientre. Pero hubo una vez que uno de los titanes que estaba gestando le cortó el pene a su padre. Urano y Gea quedaron separados, siendo el cielo y la tierra, respectivamente, dejando un espacio vacío en el centro, en medio de los dos. El hijo era Cronos. En la nueva dimensión reinó Cronos, el tiempo. Sabemos que el tiempo lo devora todo, no deja lugar a la estabilidad, todo desaparece, no existe posibilidad de que nada se instituya. Cronos devoraba incluso a sus hijos. No podía existir vida humana en tales condiciones. Cuenta el mito que Rea, la madre, entregó a Cronos una piedra envuelta con un pañal, simulando ser el recién nacido. Cronos se lo comió, el hijo sobrevivió y, cuando maduró, se alzó contra Cronos y lo derrotó. El niño era Zeus.

Según los griegos esa victoria fue la que hizo posible la vida humana en la tierra. El tiempo dejó de reinar, fue posible que algo permaneciera, fue posible consolidar una institución, a salvo de las arremetidas del tiempo y de la historia. En ese espacio, vacío, se podía hablar, razonar, debatir, argumentar, etc. De éste lugar salen leyes, que limitan la autoridad de Cronos. Ese proyecto fue recogido por la revolución francesa como la gran victoria de la filosofía, que hacía posible la existencia de una sociedad en la que la ley tuviera más autoridad que el tiempo, la razón tuviera más autoridad que el tiempo. Es el vacío el que obliga al tiempo a acatar la ley y poner las cosas en estado de derecho.

Voltaire decía que la razón es “aquello en lo que todos los hombres están de acuerdo cuando están tranquilos”, cuando no hay invasión natural o histórica. En éste momento la razón impera. “Si abrimos un espacio libre para todos los hombres, de allí saldrá la razón” Ésta es la confianza de la ilustración y su proyecto.

A pesar de que, nosotros sabemos, cuando uno ve las sociedades que algunos de ustedes defienden, uno se da cuenta muchas veces que se ha avanzado hacia una situación muy distinta, unos resultados fatales, nihilistas, catastróficos. Mucha gente dice que el mundo actual es heredero directo de la ilustración. Se equivocan. No tengo nada contra ellos, solo digo verdades. La ilustración fue duramente derrotada por un golpe de estado y una restauración, una derrota sangrienta. La ilustración fue guillotinada. Decir que el totalitarismo y el nazismo es producto de la ilustración es una impostura. El problema es que ya no existe el espacio vacío, hay una cosa que ha ocupado el centro de la sociedad, el que tendría que ser espacio de la razón, y esa cosa es el capitalismo. La ilustración es incompatible con el capitalismo. Estado de Derecho y capitalismo son antagónicos, no pueden darse al mismo tiempo. El capitalismo es una dictadura monetaria que amasa poder y ocupa un espacio que debiera estar vacío.

Es como si en el momento en que Zeus derrota a Cronos, éste renaciera y contraatacara, erigiéndose con más fuerza que nunca. Ésto es el capitalismo, Cronos tomando la palabra por encima de la razón, ocupando la soberanía, haciendo imposible la tranquilidad, quitando espacio a la política, que queda en segundo plano. El reino de unas corporaciones económicas sin control parlamentario, antidemocráticas y autoritarias. Los mercados funcionan y lo arrasan todo con una velocidad inhumana, devorándolo todo, incluso a sus hijos.

Voltaire pedía espacios de tranquilidad, el capitalismo quiere tiempo acelerado para crecer. Los griegos verían esto como un regreso al pasado, a tiempos de Cronos. Para los griegos el mundo actual sería el infierno donde el tiempo es todopoderoso y la razón no tiene poder.

Nos decía Wallerstein en el Capitalismo Histórico que “el capitalismo se trata de un sistema patentemente absurdo”. Igual que los ratones corren más deprisa por correr más deprisa, el capitalismo acumula capital para acumular más capital. Crecer más que ayer y menos que mañana. Crecer, crecer, crecer. Correr, correr, correr. Es el reinado de Cronos. Estamos encadenados al tiempo, nada permanece estable.

Benjamin piensa el capitalismo cómo un tren sin frenos que avanza hacia el abismo y la revolución socialista cómo freno de emergencia. El capitalismo necesita crecer infinitamente en un mundo, sin embargo, limitado. Es una contradicción que acabará con el planeta. Una sociedad en la que reina Cronos hace imposible el estado de derecho. Pretender que el capitalismo es amigo de la ilustración es confundir a Cronos con Zeus.

La paradoja de la sociedad contemporánea es que, siendo la única que se ha querido constituir desde la política es, sin embargo, una sociedad en que el espacio político esta totalmente secuestrado y controlado por el mercado.

La sociedad no se ha querido construir desde la religión, desde la tradición, las costumbres o la historia. Sino a partir de la palabra, de la libertad, la razón y la política. Ahora vemos que en ésta sociedad la política ya no pinta nada. Los mercados han esclavizado las leyes, sometiéndolas a su poder y, como nos decía Platón, “deben ser declarados el enemigo más peligroso y merecen la muerte inmediata”.

Necesitamos poner el freno, ralentizar la máquina, vaciar el centro y dejar que la ley y la razón vuelvan a limitar al tiempo.