La agonía del Eros, Byung-Chul Han, Herder, Barcelona, 2014, 79 pp.

 

El filósofo, filólogo y teólogo Byung-Chul Han, de origen coreano, pero que escribe esta obra en alemán, proclama que, en los tiempos recientes, hay varias amenazas para el amor. No solo por la ilimitada libertad de elección, ni la coacción de lo óptimo. Tampoco solamente se está enfriando el amor debido a la racionalización y a la ampliación de la tecnología de la elección. El autor destaca que por encima de ello hay algo en marcha que ataca al amor mucho más que el culto a la libertad o a la posibilidad ilimitada. En el mundo de ahora el otro está padeciendo una erosión debido a un excesivo narcisismo de la propia mismidad.

Como advierte el autor, la experiencia erótica presupone la asimetría y exterioridad del otro. No es casual que Sócrates, como amado, se llame atopos. El otro, que yo deseo y me fascina, carece de lugar. Dice el autor que en una sociedad de consumo que aspira a eliminar la alteridad atópica a favor de las diferencias consumibles se hace más y más raro el amor. La diferencia es una positividad, en contraposición a la alteridad.

Esa ‘erosión del otro’ es la que mata al Eros, porque el narcisista no puede encontrar nada fuera que sea distinto de sí, y por lo tanto no hay nada que pueda amar

 

Destacan Han que la depresión es también una enfermedad narcisista pues conduce a ella una relación exagerada y patológicamente recargada con uno mimo. “El sujeto narcisista-depresivo carece de mundo y está abandonado por el otro. Lo opuesto sería el amor, pues arranca al sujeto de sí mismo y lo conduce hacia fuera, hacia el otro”.

 

Sigue Byug-Chul Han con su crítica al cambio de una sociedad del deber, a la sociedad del poder. La llamada a la motivación es más útil que el látigo y el mandato. El empresario de sí mismo, el sujeto del rendimiento, de lo útil, se explota a sí mismo y lo hace en completa libertad. Esta coacción de uno mismo a sí mismo, la concepción de uno mismo como proyecto, genera además culpa en el fracaso. Todo esto afecta al amor, pues este se positiva como sexualidad, y está a su vez está sometido al dictado del rendimiento. Y la sensualidad es un capital que hay que aumentar, el cuerpo equivale a una mercancía. El otro es sexualizado como objeto excitante, se le consume, no se le ama.

 

El amor se positiva hoy para convertirse en una fórmula de disfrute, debe engendrar ante todo sentimientos agradables. Caer (fall in love) es demasiado, destaca el autor. Cita a Levinas, “el amor no es una posibilidad, no se debe a nuestra iniciativa, es sin razón, nos invade y nos hiere”, para afirmar que en la sociedad del rendimiento, dominada por el poder, en la que todo es posible, todo es proyecto, el amor como pasión radical no tiene cabida. Para ejemplificar que no cabe la negatividad utiliza el ejemplo de Cincuenta sombras de Grey, la protagonista tiene por acuerdo hacer deporte, comer comida sana y nada de fumar o drogas. No cabe la transgresión, incluso la sexualidad ha de someterse al mandato de la salud. También bajo este prisma hay que entender que hoy el futuro se plantea como un presente optimado que excluye todo desastre. No está abierto al acontecimiento, que también menciona Zizek.

 

Interesantemente, Han también evalúa porque tiene tanto éxito el quickie, el sexo de ocasión en el mundo de hoy en día. Encuentra una relación con la ausencia de negatividad de la sexualidad de hoy(comparándolo con el mundo clásico donde el amor enajena al hombre de su propia naturaleza y le trae la extraña) con el hecho de que el amor se atrofie como objeto de consumo y de cálculo hedonista. La desaparición de la trascendencia. Utiliza también la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo. Hegel dice que en esta disputa el que gana, y después será amo, no teme a la muerte mientras que lo que induce al futuro esclavo es el miedo a la muerte. El sujeto del rendimiento actual se parece para Byung-Chunl Han al esclavo hegeliano, pero con la diferencia de que es esclavo de sí mismo.

 

“La eternidad sí que puede existir en el tiempo mismo de la vida, y el amor, cuya esencia es la fidelidad en el sentido que yo le doy a esta palabra, es lo que viene a probarlo. ¡La felicidad, en suma! Si, la felicidad amorosa es la prueba de que el tiempo puede albergar la eternidad”. A. Badiou

 

Han aborda también el tema de la pornografía, dice que es la antípoda del Eros porque aniquila la sexualidad misma. Bajo este aspecto, dice Han, es incluso más eficaz que la moral: lo obsceno en el porno no es el exceso de sexo, sino que allí no hay sexo. La sexualidad hoy, no está amenazada por aquella razón pura que, adversa al placer, evita el sexo por ser algo sucio sino por la pornografía.

 

En los capítulos restantes atiende y discurre sobre la fantasía utilizando la figura de Madame Bovary, critica la hipervisibilidad ligada al proceso de mercantilización del todo, que todo se pueda vender y comprar. Prosigue destacando el papel de la reflexión teórica que canalice la información infinita del mundo de los mass media, y termina exponiendo un vínculo muy interesante entre el eros y la política.

 

 

 

 

 

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-06-10/el-filosofo-de-moda-explica-por-que-eros-agoniza-y-el-pensamiento-llega-a-su-final_143996/