Nota del autor: Antes de empezar con la lectura de este texto recomiendo dos cosas. La primera es leer el capítulo INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES LA LITERATURA? que se encuentra en el libro Una introducción a la teoría literaria de Terry Eagleton (aquí dicho capítulo en versión digital: https://goo.gl/Lhilsf). La segunda es consultar las notas que tomé en clase de Literatura Comparada cuando el profesor David Roas nos habló del capítulo de Eagleton; las encontrarás en la parte inferior de la entrada. Ambas cosas, pues, serán de interés para una lectura atenta del siguiente trabajo.

En caso de que exista algo que pueda denominarse teoría literaria, resulta obvio que hay una cosa que se denomina literatura sobre la cual teoriza. Consiguientemente podemos principiar planteando la cuestión: ¿qué es literatura?”

De este mismo modo, y cito, Terry Eagleton empezaba así su capítulo Introducción: ¿qué es literatura? En la extensión de su texto intenta distinguir entre cuatro puntos de vista sobre cómo poder disertar por escrito esta pregunta que plantea verdaderamente qué es literatura. La distingue como ficción, es decir que el texto contenga un discurso ficcional; como un uso específico del lenguaje; como un discurso no pragmático, haciendo referencia a que el texto no tiene utilidad práctica; y por último, a la exageración del término, un discurso valorado exageradamente, de una forma especial.

El desarrollo de dichas ideas me conlleva a someter una mezcla de estas cuatro ya existentes a una hibridación entre ellas, haciendo surgir así una quinta opción. Seleccionando rasgos de una y compartiéndolos con características de la otra, surge una visión un poco personal, a pesar de la mayéutica que las palabras de Terry Eagleton y alguien más hayan supuesto en dicha visión sobre ¿qué es, realmente, literatura? De antemano, avanzo que no puedo decantarme estrictamente por una de las cuatro opciones expuestas por Eagleton en su texto –de hecho, al final de sus líneas constata que no podría hacerlo ni él mismo-, sin embargo, quizás estoy más de acuerdo, y me sitúo a favor, con lo que la segunda definición revela. Me adhiero a la sentencia “la literatura es un uso específico del lenguaje” por distintas razones, pero antes, vale la pena hacer una breve síntesis de lo que significa esta definición para el autor. Asimismo, podré intervenir intercaladamente con mi visión sobre la versión de Eagleton.

Ciertamente no se podría devenir a una posición como esta sin preceder antes de la distinción entre “hecho” y “ficción”. No obstante pronto llegaríamos a concebir la literatura desde una visión en que “quizá haya que definir la literatura no con base en su carácter novelístico o imaginario sino en su empleo característico de la lengua”, y estas son palabras de Eagleton.

Tiene que ver con la forma propia y específica del lenguaje. Lo que nos ayuda a distinguir qué es literatura o no. La literatura utiliza un lenguaje específico que comporta que cuando leamos un texto sepamos si eso que estamos leyendo es literatura.

Shklovsky plantea la teoría de la desautomatización o extrañamiento. El arte te ofrece realidad desde una nueva percepción, nos obliga a percibir la realidad desde otro punto de vista. Sin embargo, lo que interesa no es solo construir obras, sino fijarnos cómo están hechas.

El uso específico del lenguaje está vinculado al formalismo. El lenguaje del formalismo es la desautomatización, utilizar un lenguaje con uso distinto al cotidiano. Los formalistas rusos no tenían en cuenta la historia de la literatura, motivo por el que definían el lenguaje literario como literatura. A pesar de su intención, lo que hicieron fue intentar definir el uso del lenguaje literario y no la literatura. Para reconocer el uso del lenguaje que le da el lector a un texto, el lenguaje tiene que romper una norma con procedimientos literarios. Un ejemplo para este caso radica en la prosa. Su función era encontrar un “uso literario” al “lenguaje literario” que se aleja del “lenguaje cotidiano”.

No toda la literatura utiliza ese lenguaje. Por lo tanto, la segunda definición que propone Eagleton es útil, pero no válida para toda la literatura. No todo el lenguaje de todas las obras literarias es lenguaje literario, sin embargo, sí es literatura. En su texto, el autor insiste constantemente en afirmaciones como “la literatura es una organización especial del lenguaje” y también se puede apreciar cuanto comparte con las bases de la ideología formalista, que considera “la obra literaria como conjunto más o menos arbitrario de recursos, a los que solo más tarde estimaron como funciones dentro de un sistema textual total”.

Es aquí donde reside su mayor estado de descripción del tema, el lenguaje cotidiano, el que usamos cada día. No lo utilizamos para llevar a cabo lo que sería una obra literaria, sin embargo, más adelante cuestiona este hecho diciendo que esto depende según el punto de vista desde el que se observe. Para poder adentrarnos en esta perspectiva es antes necesario intentar delimitar la frontera entre el lenguaje literario y el lenguaje cotidiano. Será entonces cuando trataremos la perspectiva según en la que esté el lector.

El escritor británico supone que en lo que entendemos por una escena del día a día, como podría ser por ejemplo esperar en la parada del autobús, el horario que nos informa en que horas pasa y por qué parada, utiliza un lenguaje completamente estándar, claro y conciso. Se hace referencia aquí al lenguaje, es decir, por mucho que dicho lenguaje sea una tabla impresa con números que me indican determinadas horas del día, se entiende por lenguaje el hecho que no hay ambigüedad cuando vemos por ejemplo que el siguiente coche de línea pasará a las 9:45 de la mañana. No obstante, el lenguaje que se utilizaría en un chiste de Woody Allen -al margen de que no sea por escrito y teniendo en cuenta que estamos hablando de lenguaje y no de expresión escrita-, denota cierta ironía en sus palabras, relaciones entre lo que está diciendo y entre lo que realmente quiere decir. El juego con el vocabulario es lo que indica que puede haber distintos estadios de este mismo, los cuales podrían ser clasificables en su uso.

La literatura, al igual que otros tipos de arte, divaga mucho sobre cualquier tipo de categoría que podamos implantar en el intento de razonar su funcionamiento. Se puede utilizar un vocabulario que, quizás ambiguamente, identificamos como cotidiano para designar una escena completamente caricaturesca, convirtiéndola así en literaria. Y viceversa, adquiriendo un registro literario en el momento de entablar una conversación con otra persona para bromear. Es desde este punto de vista en el que tenemos que intentar comprender esta definición desde otra perspectiva, es decir, desde la visión del receptor del mensaje, ya sea en el lenguaje literario o cotidiano.

En estas circunstancias quizá Eagleton critica el considerar la literatura como los formalistas, que equivale a pensar que toda literatura es poesía. También en ese punto del texto hace el autor mención a un tema que yo querría remarcar. Trata los chascarrillos, las porras deportivas, los lemas o slogans, los encabezados periodísticos y los anuncios publicitarios, cuestionándolos, a pesar de que sean “a menudo verbalmente llamativos”, teniendo en cuenta su afirmación al respecto “generalmente no se clasifica como literatura”.

Y cito: “el periodismo es ilegible y la literatura no es leída”. Palabras de Oscar Wilde que me vienen al dedillo para empezar con mi argumentación. Y aunque estas palabras se alejan un poco de lo que yo quiero aportar, podré llegar a una conclusión precedida de dicha frase y las definiciones de Eagleton. En los textos de Wilde sobre el periodismo, critica el mal uso del periodismo y afirma que es consecuencia de no leer.

Cuando el crítico literario dice que los textos de prensa citados antes, utilizando el lenguaje literario atrae al lector, sin ser considerado lo que escribe “generalmente literatura”, podrían rasgos de la tercera definición ayudar a contradecir dicha afirmación anterior. Se dice que la segunda definición no es óptima para toda clase de literatura, pero la pragmática de un escrito, unida al punto de vista del lector, pueden hacer de cualquier texto una perspectiva que quizás también se podría tener en cuenta a la hora de definir qué es literatura.

En la tercera definición, describimos literatura a partir del uso del texto, no en función de estructuras internas. Literatura es todo tipo de texto sin fin práctico, que consumimos por puro placer. Según el uso que le des a un texto, este va a ser una cosa u otra. Que sea el lector quien determine la propiedad del texto implica que no se puede partir de un patrón para clasificar la literatura. La idea de literatura ha variado a lo largo de la historia y aquí se plantea la definición desde el uso, lo cual nos puede servir para distinguir donde no situamos la literatura.

Tenemos en cuenta que la literatura, desde el punto de vista en que la leemos, puede serlo o no. Entonces, vemos muy claramente que esto podría formular un concepto demasiado confuso. No obstante, podemos articular palabras para que así no sea y conseguir de este modo lo que sería la quinta e hipotética definición que antes comentaba, procediendo de las definiciones de Terry. Si nos centramos en las bases de la segunda definición, literatura es todo aquel texto que empre un uso específico del lenguaje. Ya formulando mi propia definición, no podemos negar que todo texto tiene un fin práctico, afirmación que quizás esté en desacorde con el texto de Eagleton. La pragmática de un texto no está en la consideración del lector sino en la finalidad por la cual el autor escribe.

La afirmación “Pedro come manzanas” no es quizás una frase en la que podamos encontrar lenguaje literario, ni tampoco una frase que pueda tener ningún tipo de significado práctico a priori. Sin embargo, sí puede ser una frase la cual su autor utilice para poner un ejemplo sobre que es o no es un microrelato. Por lo tanto, ya empezamos a ver más puntos de vista sobre la practicidad de un texto. Otro ejemplo podría ser unas instrucciones de montaje de algún objeto, o bien un prospecto sobre como consumir debidamente una medicina.

Remontemos pues a la misma perspectiva que antes. Desde lo que relata la tercera definición, es literatura todo aquel texto que no requiere de un uso práctico, el cual consumimos por el simple hecho de recibir puro placer al leer. De este modo, no podemos decir que son literatura los dos ejemplos citados de textos instructivos (las instrucciones y el prospecto). Sin embargo ¿cómo podríamos definir unas instrucciones para subir las escaleras? Es aquí donde quería llegar para dar sentido a la referencia anteriormente mencionada del periodismo. Unas instrucciones son puramente con sentido y finalidad práctica, no obstante Julio Cortázar caricaturiza este punto de vista y es capaz de someter un texto instructivo cierto lenguaje literario, que a su misma vez podríamos considerar cotidiano, pero que por el simple hecho de leerlo en tal contexto, podemos denominarlo como literatura. En mi humilde opinión, pienso que esto puede suceder a la inversa.

Jacobo Rivero es un autor de entre muchos que realiza trabajos periodísticos tan extensos y de tanta extratemporalidad, que para publicar sus textos no le es suficiente una simple columna de un medio como una revista o un diario. En cambio, decide publicar sus escritos en formato libro. Su finalidad no es otra que informar, por lo tanto ya tiene un carácter práctico que le alejaría de ser literatura a pesar de usar un lenguaje específico. A la vez, partiendo de vivencias y experiencias propias, es capaz de relatar un cuento ficticio, sin basarlo en hechos reales, pero sometiendo los personajes de su texto a una realidad que ha ocurrido en la historia real, fuera de la diégesis. Mediante una historia de su propia cosecha, refleja la realidad que en la vida real se vivió en algún momento, en algún lugar determinado. Sin salir de la frontera que limita la pragmática de su texto, es decir, sin dejar de informar de algo que podría haber ocurrido en unas circunstancias que son reales, estructura los cementos de una narración ficticia allí.

Es por esto que yo me quiero referir a los chascarrillos, porras y slogans “a menudo, generalmente llamativos”, para dejar a entrever que a partir de las herramientas que nos han proporcionado las definiciones de Eagleton, también podríamos considerar según qué trabajo periodístico como un texto literario.

Más que saber la receta de literatura, sería preferible no dejar de lado nada que se haya escrito. No tacharlo de “no literatura”. La segunda definición es la que más me representa, ya que creo que es mediante el uso del lenguaje que se puede conseguir todo tipo de literatura. Eagleton se refiere al uso del lenguaje literario quizá como algo que Góngora, Quevedo, Lope de Vega o Calderón tuvieron en su momento y que más adelante Borges, García Márquez, Pàmies o bien Monzó utilizaran otro adecuado a su época. En Lope de Vega hay un ejemplo de lo que quiero llegar a decir. Cuando se congenian unos preceptos sobre cómo debe realizarse la dramaturgia, en el siglo XVII llega Lope para establecer unos de nuevos. Me refiero que no podemos encontrar una definición exacta y perfecta de qué es literatura y sí, en cambio, definir modos de utilizar la literatura. Obviamente, esto estará abierto a nuevas aportaciones, pero sin embargo ya nos permitiría poder encontrar una posible definición en tanto qué es literatura. La literatura es un uso específico del lenguaje sin duda, pero no en el sentido de dejar de lado el vocabulario cotidiano, ni tampoco en el de afirmar si esto o aquello no es literatura.

Apuntes sobre Terry Eagleton tomados en clase de Literatura Comparada impartida por David Roas

Hay cuatro posibles formas de definir la literatura:

  1. Literatura es ficción; un discurso ficcional.

  2. Literatura es un uso específico del lenguaje.

  3. Literatura es un discurso no pragmático; no tiene utilidad práctica.

  4. Literatura es un discurso que es valorado extremadamente; de una forma especial.

  1. LITERATURA ES FICCIÓN; UN DISCURSO FICCIONAL

Ficción: producto de la imaginación; pacto de ficción con el narrador.

Todos los textos se escriben para creer mundos diferentes desde las convenciones del género y del mundo en que se crea esa obra.

Todo texto crea un mundo posible en función de unas leyes lógicas internas, por eso unas no se pueden aplicar a otras.

Teoría de los mundos posibles

· Modelo del mundo que tiene que ver con la realidad.

· Modelo ficcional verosímil: imita el funcionamiento del mundo real y le traslada al mundo literario.

· Modelo ficción no verosímil/fantástica: construyen un mundo que nada tiene que ver con las convecciones de la realidad.

Verosimilitud: argumento con lógica interna.

Todo texto intenta construir una idea denominada efecto de realidad. Los textos literarios son ficción, no sujetos a la realidad.

  1. LITERATURA ES UN USO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE

Tiene que ver con la forma propia y específica del lenguaje. Lo que nos ayuda a distinguir que es literatura o no. La literatura utiliza un lenguaje específico que comporta que cuando leamos un texto sepamos distinguir si eso que estamos leyendo es literatura.

Shklovsky plantea la teoría de la desautomatización o extrañamiento. El arte te ofrece realidad desde una nueva percepción, nos obliga a percibir la realidad desde otro punto de vista. Sin embargo, lo que interesa no es solo construir obras, sino fijarnos cómo están hechas. El uso específico del lenguaje está vinculado al formalismo. El lenguaje del formalismo es la desautomatización. Un lenguaje con uso distinto al cotidiano.

Los formalistas rusos no tenían en cuenta la historia de la literatura. Definían el lenguaje literario como literatura. Intentaron definir el uso del lenguaje literario y no la literatura. Para reconocer el uso del lenguaje que le da el lector a un texto el lenguaje tiene que romper una norma con procedimientos literarios.

EJEMPLO DE PROSA: Su función era encontrar un “uso literario” al “lenguaje literario” que se aleja del “lenguaje cotidiano”.

No toda la literatura utiliza ese lenguaje. Por lo tanto, la segunda definición que propone Eagleton es útil, pero no válida para toda la literatura. No todo el lenguaje de todas las obras literarias es lenguaje literario, sin embargo, sí es literatura.

  1. LITERATURA ES UN DISCURSO NO PRAGMÁTICO; NO TIENE UTILIDAD PRÁCTICA

Definimos literatura a partir del uso del texto, no en función de estructuras internas.

Literatura: tipo de texto sin fin práctico. Texto que consumimos por puro placer.

Según el uso que le des a un texto, ese texto va a ser una cosa u otra. Que sea el lector quien determine la propiedad del texto, implica que no se puede partir de un patrón para clasificar la literatura. La idea de literatura ha variado a lo largo de la historia. Plantea la definición desde el uso. Nos puede servir para distinguir donde no situamos la literatura.

  1. LITERATURA ES UN DISCURSO QUE ES VALORADO EXTREMADAMENTE; DE UNA FORMA ESPECIAL

Destruye cualquier tipo de acercamiento para definir la literatura. La literatura se define porque alguien dice que es literatura. Plantea si hay, o no, propiedad en el texto para definir los textos. La literatura no se puede determinar desde un concepto particular. Es imposible describir la literatura con una propiedad objetiva. La literatura es un producto social, variable en el curso de la historia, cuya definición está sujeta a los valores y juicios de los grupos que detentan el poder.