Paranoias de feminista loca.

Por Merlina Del Giudice Zaravia

 

Hoy, tenía que haber estado estudiando cuando he recordado un cuento que me explicaron en el colegio de pequeña.

Es un pequeño cuento de Mario Benedetti que se llama El amor y la locura. Lo he buscado para leerlo otra vez, es la historia que ya muchas personas deben conocer que cuenta algo así como que un día los sentimientos jugaban al escondite, el amor se escondió entre unos rosales, a la locura le tocaba buscarla y al buscar con un palo entre los rosales hizo que los pinchos se le clavaran en los ojos al amor y este quedara ciego , entonces la locura monta como una movida por qué se siente super mal y le dice al amor que le guiará siempre, y por eso el amor y la locura van siempre de la mano.                                                                                                             

Una de las cosas que más me ha flipado de la historia es que cuando me la contaron, porque hay variables, me dijeron que la locura había ido con unas tijeras de podar a cortar los rosales y con estas había dejado ciego al amor.

No sé qué me tiene más asustada de toda esta movida de historia, si no haberla recordado hasta ahora, si que me la hayan contado en el colegio o no saber hasta qué punto cosas como esta historia han influido y están influyendo en nuestra forma de entender las relaciones.

Y es que me he quedado muy loca porque esta historia te la cuentan y parece super bonita, a mí me lo pareció por lo que recuerdo. Pero vamos a pararnos a analizarla solo un momentito.

Vamos a ver, hay una persona X (la locura) a la que por lo que su nombre indica se le va mazo la olla, que mientras se está jugando a un juego super infantil se emociona y hace daño a otra persona (el amor) que por cierto se había escondido entre los rosales y no se había hecho nada de daño hasta que llegó el otro personaje. Y entonces el amor, que como su nombre indica también, pues es super buena gente y lo más cariñoso del mundo le perdona y le deja guiarle para siempre porque ahora es ciego y necesita que alguien le guie, y claro quien mejor para guiarte por la vida que alguien a quien se le va la olla y que encima te deja ciega sabes.

Es flipante porque es como una historia de una relación tóxica con tintes de maltrato que te enseña sutilmente mediante la moraleja de la misma historia a normalizar las relaciones tóxicas y de maltrato.

Hay dos mensajes metidos ahí dentro, el primero y más obvio pues que cuando quieres a alguien es normal que hagas cosas irracionales por amor, pero a ver, pausa, que no digo que no sea bonito hacer alguna locura cuando estás enamorada digo que hay que ir con ojo de qué cosas justificas con esto de que el amor nos pone a todxs medio tontxs, que es muy distinto un ‘te he llenado la casa de flores porque te quiero y wow que locura’, que un ‘tengo celos porque te quiero’ o una mierda así.

Y el segundo mensaje un poco más sutil ya no está tanto en la moraleja como en la historia, osea, te pintan de una manera super bonita el hecho de que una persona dulce y amorosa tenga que estás atada de por vida, por dependencia, a la persona que le ha causado esa dependencia.

Pero nada, las feministas vemos conspiraciones en todos lados, el patriarcado no existe y seguramente estoy exagerando, que no conozca a una sola amiga que no haya sufrido violencia de género no tiene nada que ver con que desde peques nos enseñen a normalizarla.