Por Merlina Del Giudice 

‘Que el capitalismo siempre sea patriarcal o el patriarcado siempre capitalista es una tentación de la razón de encadenar todo con todo, que todo cuadre de modo perfecto, pero una pretensión metafísica que no sirve para entender el mundo y sus huecos ni para hacer política con ellos.’ 

Clara Serra

Fragmento de Leonas y zorras. Estrategias políticas feministas

Leonas y zorras. Estrategias políticas feministas sale apenas un mes después de un 8M orgásmico en el que el movimiento feminista demostró que el hartazgo de las mujeres ya no puede ser ignorado, y sale en medio de cientos de movilizaciones para reclamar una justicia de verdad. Nos encontramos ante una avalancha de macro-sucesos en los que el movimiento feminista se esfuerza por demostrar su potencia y su poder, y a mi parecer en un momento idóneo para la publicación de un libro como este, ya que es en estos momentos en los que nos encontramos en la cresta de la ola donde es más importante plantearnos según qué aspectos, posiciones y debates sobre el movimiento.

Este es el primer libro escrito por Clara Serra y se nota en su contenido una fuerte influencia de la experiencia vivida de esta autora tanto en el mundo de la política como en el mundo de la enseñanza. Clara Serra es natural de Madrid, licenciada en filosofía en la Universidad Complutense y tiene un Máster en Estudios Avanzados de Filosofía y otro en Estudios Interdisciplinarios de Género. Ejerció como profesora de secundaria y bachillerato de filosofía durante seis años. Participó activamente en las protestas contra el plan Bolonia y también en la creación de Podemos, donde en 2014 es nombrada responsable estatal del área de Igualdad, Feminismos y Sexualidades. Más tarde pasaría a ser diputada en la asamblea de Madrid donde es Presidenta Comisión de Mujer y Miembro de la Comisión de Sanidad.

De primeras el título de la obra ya llama la atención, entre el guiño a la famosa distinción de Maquiavelo y el subtítulo ‘Estrategias políticas feministas’ es difícil resistirse para cualquier persona de esas que se han comido la cabeza con cómo conseguir espacios políticos más feministas.

Cabe contextualizar el libro también en términos más académicos: en este momento la teoría política feminista se encuentra en parte absorbida por un debate de los más importantes a discutir para dar los siguientes pasos hacia la emancipación de la mujer y por ende la igualdad, y al cual todo movimiento que en algún momento se vea con posibilidades de ser ganador deberá de enfrentarse. A lo que me refiero es a este debate entre ‘buenas’ y ‘malas’ feministas, en el que algunas autoras y voces del feminismo (se me ocurre como ejemplo Jessa Crispin) critican, con buenos argumentos, que la nueva ola que está surgiendo y algunas de las nuevas formas de difusión del feminismo en realidad lo que hacen es vender un feminismo diluido que no lleva a una destrucción real de las relaciones de poder y por lo tanto del patriarcado. Serra se posiciona desde un primer momento en este debate: su libro va dedicado a todas las ‘malas’ feministas, pero aunque el libro no busca criticar y tachar de neoliberal toda la nueva ola feminista, tampoco la idealiza como perfecta. En este debate Serra nos recuerda que el objetivo de las feministas es dejar de serlo, que no sea necesario que lo seamos, por lo tanto afianzarse en la identidad de feminista no es una buena estrategia ganadora, y aunque los miedos a que el capitalismo se refuerce y nos deje con un sucedáneo comercial de feminismo en estos ires y venires de estrategia son normales y totalmente necesarios, no se puede responder a este momento de posibilidad ganadora con posturas casi reaccionarias (que a veces recuerdan a las de la vieja izquierda) sino con estrategias políticas transformadoras y no marginales que no olviden los objetivos reales de las feministas, que no son seguir siéndolo, sino poder dejar de serlo. Partimos, además, de la base de que las relaciones de poder no se pueden destruir: por eso hay que transformarlas. Y hay que ser conscientes de que ese proceso de transformación es lento y las técnicas para conseguirlo pueden cambiar dependiendo del contexto, y también hay que ser conscientes de la necesidad de una gran pluralidad de actores para lograrlo. Y las contradicciones que pueden aparecer son una parte fundamental y necesaria de la estrategia.

Así, Serra empieza hablándonos del poder (mediante Butler y Foucault, entre otras/os autoras/es), de como no existe un afuera de este poder y por lo tanto todas somos sujetos construidos por el. Nuestra identidad, nuestra intimidad y nuestros deseos no pueden escapar del escenario en el que han sido creados (la idea contraria sería caer en la idea liberal de que pueden existir individuos previos y libres al poder, hechos a sí mismos)  y ello no significa que la batalla esté perdida, a partir de ahí nos va presentando estrategias. El poder no es cosa de hombres, no es algo que nos podamos permitir regalarles, por el contrario y aun siendo seres construidos por este poder, nuestra misión es hacerlo nuestro para poder cambiar las cosas. Es contrario a los propios intereses del movimiento rechazar la obtención de poder, ya que este va a seguir existiendo. Y para ello es necesario ser, precisamente, leonas y zorras. Ser astutas, en todos los campos de la vida, pero quizás especialmente en política, donde está terriblemente mal visto o invisibilizado cuando el sujeto de la astucia es una mujer, y por ello es necesario reivindicar nuestra validez como sujetos estrategas y defender que desde una posición feminista se abren incluso más posibilidades de estrategias ganadoras.

A parte, en el libro se tratan temas muy polémicos que no pueden debatirse separados de lo expuesto anteriormente, como por ejemplo los debates referentes a quien es el sujeto del feminismo o el papel de los hombres dentro de la lucha, enlazados con la pregunta de qué papel juega el deseo y la diversión en la lucha por la hegemonía del feminismo. Me parece importante destacar la visión del deseo como algo central para lograr ser atractivas para la gente común, para construir lo que ella llama un feminismo popular. Como ejemplo al respecto tenemos la idea de construir una masculinidad que sea deseable, que sea un horizonte atractivo para los hombres.  

Aún tratándose de un libro relativamente corto está lleno de contenido y de posiciones para los debates más actuales, uno de los más actuales está siendo la discusión de si el hecho de que el feminismo está ‘de moda’ es algo positivo o negativo para el movimiento. Aquí Serra nos plantea ideas muy interesantes, alejándose de posiciones más tradicionales. Este dilema se presenta como uno de los muchos que se encuentran en la hegemonía, aquí la autora nos plantea pensar políticamente, es decir, pensar en los efectos de una cosa más que en sus causas. Partiendo de esta base que nos hace valorar cada situación concreta frente a la que nos encontramos, podemos encontrar situaciones en las cuales la utilización del feminismo para fines mercantiles por parte del capitalismo nos abra a las feministas muchas posibilidades de hacer feminismo y llegar a más gente. En palabras de la autora es parte de la estrategia saber encontrar rendijas de oportunidad para hacer política.

Nos encontramos pues frente a un libro de teoría política en el que no hay solo ideas sueltas sobre el feminismo: la mayoría de los capítulos hilan bien entre sí, y está lleno de ejemplos y referencias de momentos reales en los cuales llevar lo expuesto a la práctica. En este sentido es de agradecer que las estrategias políticas feministas que anuncia el subtítulo no sean solo párrafos de teoría dura de aquella que cuesta extrapolar a la calle.

El libro de Serra no es un libro dedicado a iniciar a nadie en el feminismo ni a contar la historia del movimiento. El libro a mi parecer tiene un público: las (y los) feministas que día a día luchan por ocupar y feminizar espacios, las que debaten, teorizan y buscan alcanzar el poder para cambiar las cosas, para las que encontramos guiños cómplices en relación a lo cansino que es ser la que siempre insiste con feminizar un espacio. No obstante, es un libro que puede ser leído por cualquier persona con interés por el tema ya que aún siendo un libro de teoría política no desprende esa dificultad intelectual (me atrevería a decir de tendencia masculina) que encontramos en muchos libros. No está escrito para ser ‘descifrado’, está lleno de ejemplos actuales que ayudan a comprender lo que se nos quiere explicar, en definitiva es un libro para la práctica que pretende ser útil en la lucha. Así, por ejemplo, ya en el principio nos explica la diferencia y el debate que se da en los años 90 entre el feminismo de la igualdad y el feminismo de la diferencia usando como referencia la última película de Mad Max.

En resumen, y para no extenderme más, Leonas y zorras es una lectura interesante que desprende experiencia y de la cual podemos aprender. Creo que el libro puede tener un público limitado, no obstante se encuentra lleno de estrategias para construir un feminismo popular. Está lleno de reflexiones necesarias para, en sus palabras, amplificar el campo de lo posible para no quedar atrapadas en la propia impotencia para transformar lo real.