Por David Sánchez

Santiago Zabala (1975) es profesor de investigación ICREA en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Nacido en una familia de diplomáticos de la ONU, su infancia y juventud transcurrieron en diferentes ciudades europeas. Estudió filosofía en la Universidad de Turín y se doctoró por la Universidad Pontificia Lateranense de Roma. Su tesis fue dirigida por el filósofo italiano Gianni Vattimo y firmada por el Papa Benedicto XVI. Antes de incorporarse a la Pompeu Fabra, fue profesor en Postdam y en Baltimore.

Además de haber editado varios volúmenes colectivos (desde una conversación entre Rorty y Vattimo sobre el futuro de la religión hasta monográficos sobre la hermenéutica o el arte), Zabala reivindicó en su primera obra ‘la naturaleza hermenéútica de la filosofía analítica’ a través de la figura del filósofo alemán Ernst Tugendhat. En 2011 publicó junto con Vattimo su libro más conocido y traducido, Comunismo Hermenéutico, que fue calificado por Ernesto Laclau como un ‘extraordinario libro’ y definido por Slavoj Žižek como ‘el libro que todos aquellos interesados en la política radical necesitan como el aire que respiran’.

En esta entrevista para La Trivial, Zabala detalla el concepto de ‘comunismo hermenéutico’, opina sobre la actualidad política en Latinoamérica, Europa y España y explica algunas de las ideas centrales de sus trabajos más recientes.

Pregunta: ‘El pensamiento débil es el pensamiento de los débiles’. Este podría ser el lema del proyecto que has desarrollado junto a Vattimo, en el que tratáis de conjugar la hermenéutica (pensamiento débil, es decir, antimetafísico) con el comunismo (defensa de los débiles desde un punto de vista político). Se podría pensar en otras alternativas que conjugan de manera diferente ambos elementos: por ejemplo, un pensamiento débil para los fuertes (del tipo del conservadurismo de Gadamer) o un pensamiento fuerte para los débiles (del tipo del comunismo metafísico). ¿Cuáles son las virtudes del comunismo hermenéutico frente a estos otros modelos?

Respuesta: El pensamiento débil no es ni mucho menos sólo para los débiles. Nosotros tenemos la esperanza de que algunos metafísicos neo-realistas, fundamentalistas religiosos e incluso comunistas ortodoxos puedan encontrar esta filosofía interesante y útil para debilitar sus posiciones, dada la violencia del pensamiento fuerte. Recordemos que, como explicamos en Comunismo Hermenéutico, la metafísica es un aspecto y una consecuencia de la dominación, no su causa. La necesidad de dominio se traduce en ocasiones en sistemas metafísicos. Lo que hay que hacer es intentar dejar de lado esta necesidad. Aquí es donde la hermenéutica ayuda. Al contrario de otras filosofías que intentan imponer su verdad, la hermenéutica no considera que la verdad sea importante, y por lo tanto permite que tenga lugar un intercambio, una conversación o incluso un conflicto. Por eso estamos de acuerdo con Chantal Mouffe cuando dice que ‘el propósito de una democracia pluralista no es alcanzar un consenso, sino permitir que se exprese el disenso, con la ayuda de instituciones que permitan que se desarrolle una competición agonista’. Sus posiciones y las de Laclau son claramente hermenéuticas en el sentido progresista del término que nosotros desarrollamos.

P: Vattimo y tú habéis mencionado la democracia y el comunitarismo no estatal como factores que diferencian al comunismo hermenéutico del comunismo tradicional (por ejemplo, el de la Unión Soviética). ¿Son estos los dos únicos factores diferenciadores entre ambos modelos? ¿La categoría de ‘los débiles’ sustituye en vuestro modelo al ‘proletariado’ del marxismo clásico como sujeto emancipador? ¿Quiénes son esos ‘débiles?

R: Probablemente hay otros factores que diferencian a ambos, como el conflicto que se acaba de mencionar y la ausencia de verdad. En cuanto a los débiles como sustitución del proletariado yo sería un poco más cauteloso, pues la transformación que el proletariado ha experimentado en las últimas décadas es muy complicada. La noción de los débiles no se refiere sólo a los trabajadores de hoy en día. También son débiles las humanidades, la tierra, los animales y las plantas. Todas ellas han sido desechadas por nuestras ‘democracias emplazadas’, o al menos no valoradas suficientemente.

P: En un artículo en Al-Jazeera definiste a Žižek como ‘el pensador de nuestro tiempo’. Tanto él como tú habéis tratado de rehabilitar una alternativa comunista al capitalismo. ¿En qué ideas coincides con Žižek y cuáles son vuestras discrepancias?

R: Žižek es un filósofo importante y todos debemos leerle. Diría lo mismo de otros pensadores como Adrian Parr, Jodi Dean, Paul B. Preciado, o Miguel de Beistegui. En cuanto a nuestras visiones sobre el comunismo es importante tener en cuenta que, al contrario que Žižek, nosotros no lo proponemos como una alternativa, sino como una alteración. Por esta razón nos gusta más proponerlo a través de modelos claros (Venezuela) que como ‘un nombre para nuestros problemas’ actuales, como él hace. En cualquier caso, nos alegra que a él también le gusten nuestros libros.

P: En 2011 Vattimo y tú dedicásteis vuestro libro Comunismo Hermenéutico a varios líderes sudamericanos (Chávez, Lula, Evo Morales y Fidel Castro).  Entonces los gobiernos progresistas de la región atravesaban uno de sus mejores momentos. 7 años después la situación es bastante diferente: Chávez ha muerto y Venezuela atraviesa una grave crisis institucional, esta misma mañana hemos conocido que el Tribunal Supremo de Brasil ha respaldado la orden de detención de Lula y Fidel también murió y Cuba se encuentra en una situación de impasse. Evo Morales se mantiene en el poder a pesar de que en febrero de 2016 perdió el referéndum con el que buscaba presentarse a la reeleccion. En un artículo con Vattimo afirmabas que ‘el comunismo hermenéutico que vemos desarrollarse todavía en América Latina no se ha acabado con el fallecimiento de sus líderes carismáticos o con la reciente instalación de gobiernos de derechas en Argentina y Brasil’. ¿Crees que las opciones progresistas tienen capacidad de reconstruir su hegemonía en esos países a corto o medio plazo?  

R: Cierto, la situación en América Latina ahora mismo es realmente mala, eso está fuera de discusión. Pero recuérdese que son precisamente sus logros (que han sido explicados por economistas como Mark Weisbrot, por historiadores como Greg Grandin y por muchos documentos de la ONU) los que han llevado a Estados Unidos a intervenir y restaurar los gobiernos conservadores. En nuestra respuesta a la contribución de Perkins y Gillespie en Making Communism Hermeneutical, intentamos explicar que el hecho de que estos gobiernos latinoamericanos atraviesen ahora una crisis, no quiere decir que fuesen errores. A fin de cuentas, los oponentes de estos gobiernos (el capitalismo americano, la OTAN, el FMI) no sólo están haciéndose más fuertes, sino que continúan incrementando los niveles de desigualdad económica y social alrededor del mundo.   

P: Has afirmado que la situación desastrosa que vive Venezuela es culpa tanto de la actitud violenta de la oposición como del autoritarismo de Maduro. ¿Cuál crees que es la perspectiva de futuro para el país?

R: La única salida de la crisis que está atravesando Venezuela pasa por la dimisión de Maduro y por la elección de un líder que pueda encarar unas nuevas elecciones y detener las intervenciones extranjeras, especialmente las que vienen de Estados Unidos.   

P: En el discurso de Hugo Chávez la religión ocupaba un papel movilizador fundamental. En los últimos tiempos, además, has celebrado las declaraciones en las que el Papa Francisco critica las desigualdades generadas por el sistema económico capitalista. ¿Crees que es posible y/o deseable que la religión se convierta en una aliada de los movimientos políticos de signo socialista o comunista?

R: Que el Papa Francisco sea en la actualidad el único líder de izquierdas a nivel mundial es un indicador de que la religión puede jugar un papel central. Soy anticlerical y por lo tanto no tengo mucho interés en el rol político que los representantes eclesiásticos puedan tener, pero si los políticos izquierdistas lo están haciendo tan mal  (extremadamente mal en Europa) entonces quizás ellos puedan ayudarnos (¡o salvarnos!).

P: A raíz de la publicación de un libro de Sánchez- Cuenca prologado por Íñigo Errejón se ha desarrollado un debate en España en torno a la supuesta superioridad moral de la izquierda. ¿Crees que se puede decir que los valores de la izquierda (ya sea socialdemócrata, socialista o comunista) son superiores desde un punto de vista moral a los de la derecha o que tal afirmación sólo tiene sentido desde una perspectiva metafísica que debería ser abandonada?

R: Pregunta difícil. La única razón por la que prefiero a la izquierda frente a la derecha es porque suele estar más cerca de los débiles. Esto no es una declaración moral; simplemente me siento más cerca de ellos. Creo que es importante mantener a la izquierda y a la derecha tan separadas como sea posible, independientemente de la moralidad, la ética e incluso los derechos.

P: Tras el referéndum de independencia del 1 de octubre en Cataluña afirmaste que la violencia de la policía no fue proporcionada y que Rajoy debería haber dimitido. 6 meses después, el anterior gobierno catalán al completo está en la cárcel o fuera del país y la situación política parece enquistada. Los independentistas catalanes siempre han tenido mucha fe en que sus demandas democráticas serían vistas con buenos ojos por parte de las instituciones europeas. ¿Crees que hay alguna opción de que esta Unión Europea, con la que tú has sido muy crítico, se involucre en el conflicto como mediadora entre las partes?

R: Sí, creo que Rajoy debería haber dimitido. La única salida de esta crisis es permitir un referéndum, tal y como hicieron en Escocia y en Quebec. El día en que Podemos o el PSOE (sin los partidarios de la línea dura, por supuesto) ganen las elecciones esto podría suceder. Pero mientras el PP y Ciudadanos estén al mando es mejor esperar. Puigdemont debería haber sido más prudente el pasado otoño. Espero que lo antes posible todos los presos sean liberados y que el ‘conflicto -como dice Josep Ramonedaregrese de los juzgados a la política’. En cuanto a la UE, me temo que se posicionará exclusivamente a favor de la unidad de España teniendo en cuenta todos los problemas que tiene con los gobiernos euroescépticos que están apareciendo por todas partes.

P: A pesar de haber nacido en Buenos Aires, creciste y estudiaste en diferentes ciudades europeas. En una entrevista llegaste a afirmar que ‘soy de hecho la encarnación de un ciudadano de la Unión Europea, si es que tal cosa existe’. En los últimos tiempos, se ha discutido mucho en torno a la necesidad de construir una identidad europea común para los ciudadanos de los diferentes países de la Unión. ¿Crees que tal identidad europea es un paso en la dirección correcta? ¿Qué elementos deberían conformarla? ¿Debería complementar o sustitutir a las identidades nacionales actualmente existentes?

R: Sí, nací en Buenos Aires, pero no llegué a estar allí 10 meses porque mis padres se volvieron a Italia. Mi primer cumpleaños fue en Roma, donde viví hasta que tuve 8 años. Después nos fuimos a Viena 8 años y finalmente a Ginebra otros 8 años (porque mis padres trabajan en la ONU). Después Turín, Berlín, y Baltimore. Entonces, si uno se desplaza tanto, es difícil que el lugar donde naciste y nunca has vivido signifique mucho para ti. No me malinterpretes, me encanta Sudamérica, sólo tienes que echar un vistazo a cuánto admiro a sus políticos. Pero cuando me preguntan de dónde soy prefiero decir ‘Roma, Viena y Ginebra’ antes que lo que dice mi pasaporte (italiano). Cuando digo que soy la encarnación del ciudadano de la UE no me refiero en absoluto a la Unión Europea actual, sino a cómo fue planeada en el inicio: una Unión de ciudades, regiones pero en ningún caso naciones. Recomiendo un buen artículo que Umberto Eco escribió  sobre este tema.

P: En tus intervenciones públicas has expuesto siempre de manera explícita tus posicionamientos políticos, no sólo a un nivel abstracto sino tomando partido por determinados gobiernos y partidos. En Al-Jazeera, por ejemplo, publicaste varios artículos elogiosos hacia Podemos. ¿Te has planteado en algún momento seguir la estela de tu maestro Vattimo (diputado del Parlamento Europeo durante varias legislaturas) y dar el salto a la arena política?

R: No me interesa ese mundo. Me lo han ofrecido alguna vez en Italia y España pero siempre lo he rechazado. Quizás tenga que ver con la pregunta anterior. ¿Puede un político ignorar su nacionalidad y simplemente hablar de ciudades? Lo dudo. Esperemos en el futuro. Pero escribo en periódicos y esto es siempre una intervención política. Creo que los filósofos deberían estar siempre comprometidos con cuestiones políticas, sociales y culturales. La perspectiva amplia que ofrece la filosofía quizás no contribuya a dilucidar la verdad del asunto en cuestión, pero ampliará sus significados, cuyo análisis se deja demasiado a menudo en manos de especialistas de todo tipo. En cuanto a Podemos, sí, soy un simpatizante, y de hecho pienso que es la opción de izquierdas más prometedora que tenemos en Europa. Si la democracia radical y los movimientos sociales que Chávez inició han llegado a Europa a través de Podemos es porque aquí también han sido capaces de transformar los movimientos sociales en un partido político.

P: Hace poco ha salido Why Only Art can Save us. Aesthetics and the Absence of Emergency y pronto se publicará tu nuevo libro Being at Large. Freedom in the Age of Alternative Facts. En una entrevista en La Vanguardia traducías esta expresión como ‘andar suelto’ y apuntabas lo siguiente: ‘temo la imposibilidad de perderse hoy […] cada días es más difícil estar ilocalizable’. ¿Que relación hay entre los dos libros? ¿Cuáles serán las tesis de tu nuevo libro? ¿Desarrollas en él este concepto del ‘andar suelto’?

R: Contrariamente a lo que muchos piensan Why Only Art can Save Us no es un libro sobre arte o estética. El arte aquí es lo que nos ayuda a entrar en la ‘ausencia de emergencias’ que hoy es la mayor emergencia. Hoy vivimos mucho más controlados que en la Unión Soviética, y el arte, la filosofía y las humanidades en general son los que nos pueden ‘rescatar en la emergencia’, como decía Heidegger. Being at Large se publicará en la editorial McGill-Queen’s University Press en 2019. En estos momentos estoy acabando de escribirlo. ‘At large’ es una expresión que en inglés hace referencia a alguien que se ha fugado de la cárcel. El subtítulo es ‘Freedom in the Age of Alternative Facts’. El objetivo del libro es mostrar cómo siempre hemos estado viviendo en la llamada ‘era de los hechos alternativos’ o ‘posverdad’. Nadie se cree que antes del escándalo con Facebook/Cambridge Analytica todo fuese más verdadero. E incluso cuando sabemos la verdad (piénsese en el caso de Snowden), nada cambia. Lo importante hoy es asumir que nuestra única oportunidad de emancipación reside en la hermenéutica, en aceptar que nuestras interpretaciones son más vitales que nunca. Solo en ellas podemos confiar para seguir andando sueltos, es decir, libres, en la era de los hechos alternativos. Tenía razón Hölderlin cuando decía: ‘donde está el peligro, crece también lo que salva’.