Por Juan Carlos Solórzano

En Ideología: Un mapa de la cuestión de Slavoj Zizek (comp.) se recoge un artículo de Michèle Barret sobre Ideología, política, hegemonía: de Gramsci a Laclau y Mouffe que nos contextualiza una época de profunda crisis de la izquierda y los intentos por renovarla en los años 80 juntamente al surgimiento del posmarxismo de la mano de Laclau y Mouffe. También se mencionan los trabajos de Stuart Hall, figura que tuvo diferentes debates con la izquierda de aquella época. De hecho, este artículo girara en torno del intenso debate que se tiene sobre la llegada al poder de Margaret Thatcher. Stuart Hall intentó encontrar una respuesta distinta al típico discurso de la izquierda de que Margaret Thatcher tenía los medios de comunicación, los obreros se habían equivocado… Bob Jessop, Kevin Bonnet, Simon Bromley y Tom Ling criticaron los análisis de Stuart Hall en la New Left Review, que tendría su posterior respuesta.

Stuart Hall intentó entender el ‘’thatcherismo’’ más allá de los modelos teóricos del momento (estructuralismo). Según Hall el ‘’thatcherismo’’ es una ideología política que combinaba los temas como la familia, la autoridad, valores, tradicionalismo y la nación (el inicio de las Guerras de las Malvinas) que normalmente se vinculaban al ‘’torysmo orgánico’’ y los mezclaba con los puntos clave del neoliberalismo como por ejemplo: el interés propio, individualismo competitivo… Perry Anderson en su artículo Los herederos de Gramsci destaca que avisó a la socialdemocracia que está siendo incapaz de aprovechar la crisis orgánica a partir de la posguerra. Quien construyó un nuevo sentido común (en el sentido gramsciano) a través de las ‘’líneas contradictorias del neoliberalismo monetarista y del conservadurismo tory organicista’’. La construcción de un bloque histórico fue importante para su consolidación en el poder (este bloque lo conformaban desde banqueros a pequeños empresarios).

‘’Intuitivamente, el thatcherismo había comprendido que los interés sociales son a menudo contradictorios, que las ideologías no tienen por qué ser coherentes y que las identidades rara vez son estables, y había trabajado en estos terrenos para formar nuevos sujetos populares que encarnaran su hegemonía’’ (ANDERSON: 2015)

De alguna forma Stuart Hall intentó no caer en la explicación de que los obreros se habían dejado engañar por Thatcher, esa vaga idea que un día nos despertaríamos siguiendo con el mismo discurso y ‘’repitiendo el manual de la forma-partido’’ (Moruno: 2016) volveríamos a ganar. Definió lo que había pasado mediante el lenguaje de Gramsci:

‘’La política thatcherista es hegemónica en su concepción y proyecto: el objetivo es luchar en varios frentes a la vez, no sólo en el económico-corporativo; esto se basa en el conocimiento de que, para dominar y reestructurar realmente una formación social, el liderazgo político, moral e intelectual debe ir acompañado por la dominación económica. Los thatcheristas saben que deben ‘’ganar’’ en la sociedad civil como en el Estado’’. (HALL: 1985)

A parte del núcleo económico, llevaba otro elemento clave que fue la promesa ideológica de una modernidad retrasada, la cual había llegado a Alemania o Japón en la posguerra. Perry Anderson destaca que el único que tenía una propuesta para resistir y vencer al régimen conservador, proponía una visión diferente de la modernidad (en contraposición a la <<modernidad regresiva>> de Thatcher). Para ello, hacía falta enfrentarse en todos los frentes de la sociedad civil como del Estado. Incluso ‘’politizando’’ aquellos temas que hasta ese momento no se consideraban ‘’políticos’’ como el género, la raza, la familia, la sexualidad, la educación, el consumo… Las victorias de todos esos frentes, serían claves para la transformación de la sociedad, ya no era una simple reforma.

Las explicaciones de Hall fueron fuertemente criticadas por la izquierda, marxistas ortodoxos y académicos. En opinión de Michèle Berret, fue un síntoma de la carga política de la ideología. Bob Jessop, Kevin Boonet, Simon Bromley y Tom Ling escribieron en la New Left Review dos articulos titulados ‘’Authoritarian Populism, Two Nations, and Thatcherism’’ y’Thatcherism and the Politics Of Hegemony: A Reply to Stuart Hall’’.

Stuart Hall en fue acusado de ‘’Ideologismo’’ y de su ‘’nivel de abstracción’’ en su análisis sobre el thatcherismo. A la acusación de ‘’ideologismo’’ respondió que al contrario de lo que pensaban, quienes eludían de toda la lucha política e ideológica eran ellos ya que no eran capaces de entrar en ese terreno ya que se ceñían a analizar la estructura (herencia de Althusser). También afirmó que en su trabajo era contrario a la definición de que la hegemonía era sólo un fenómeno ideológico. Sus análisis hicieron énfasis en la dimensión política/ideológica; primeramente porque considera que tiene competencias en ese ámbito y en segundo lugar porque cree que muchas veces es tratado como algo de menor relevancia por la izquierda y varios marxistas. Hall intentó usar las ideas de la teoría del discurso, sobretodo el como ‘’funciona’’ en la construcción de un nuevo tipo de sujeto político. Obviamente  olvidarse de aspectos económicos o tratarlo como algo residual es absurdo.

A lo segundo, lo de ‘’nivel de abstracción’’ diciendo que si bien es cierto que asume que no ha sido del todo riguroso en la construcción de conceptos en su artículo (teorización algo tosca) pero que se puede entender la prioridad que tuvo al hacer el análisis sobre el ‘’thatcherismo’’ para encontrar respuestas rápidas a algo que ya estaba siendo una realidad. También destaca que una de las cosas que le separan del fundamentalismo marxista es precisamente que ellos (Bob Jessop et al) creen que los conceptos de Marx (los cuales tienen un alto nivel de abstracción como modo de producción o capitalismo de época) se pueden emplear para un análisis de concretas coyunturas históricas. En opinión de Hall, el concepto hegemonía es una necesidad descriptiva, histórica más específica, de duración determinada, más concreta… En el fondo, es un intento de conceptualizar lo que Marx dijo sobre ‘’lo concreto’’ que es el producto de muchas determinaciones.

Curiosamente, mientras escribía este artículo se publicó una entrevista a Jorge Lago en El Confidencial, se mencionó la obra The Hard Road To Renewal de Stuart Hall utilizándolo como un espacio de debate para la ‘’izquierda’’ actual y por ser uno de los renovadores de la izquierda inglesa, que rompe con el marxismo académico duro básicamente porque el mismo marxismo de esa época era incapaz de tratas las cuestiones de raza, etnicidad, género… Como podemos ver:

En este sentido, el “economicismo” es un reduccionismo teórico: simplifica la estructura de las formaciones sociales, reduciendo la complejidad de su articulación, vertical y horizontal, a una sola línea de determinación; simplifica incluso el concepto de determinación —que en Marx es una idea muy compleja— volviéndolo una función mecánica. Aplana todas las mediaciones entre los distintos niveles de la sociedad. En palabras de Althusser, presenta las formaciones sociales como “una totalidad expresiva simple”, en que cada nivel de articulación corresponde a cualquier otro, y que es transparente de cabo a rabo, estructuralmente. No titubeo al decir que esto representa una gigantesca rudimentarización y simplificación de la obra de Marx —el tipo de simplificación y reduccionismo que alguna vez lo llevó a decir, con desconsuelo, “si eso es el marxismo, entonces yo no soy un marxista”—. Sin embargo, hay indicios en esa dirección en algunas de las obras de Marx. Se acerca a la versión ortodoxa del marxismo, la cual quedó canonizada en los tiempos de la segunda internacional y que con frecuencia, aun hoy día, se ofrece como la doctrina pura del “marxismo clásico”. A tal concepción de la formación social y de las relaciones entre los distintos niveles de articulación, debe estar claro, le queda poco espacio teórico para conceptualizar las dimensiones políticas e ideológicas, y menos aún para conceptuar otros tipos de diferenciación social tales como las divisiones sociales y las contradicciones que surgen alrededor de la raza, la etnicidad, la nacionalidad y el género. (HALL:2010)

El último apunte de Lago es que si algo aprendemos en esa obra, es que no solo con nombrar las condiciones materiales, salario…. Te van a votar las clases populares ya que estas también se mueven por símbolos, banderas, canciones… Y para acabar, tenemos una buena noticia porque parece que Lago desde la editorial Lengua de Trapo quiere traducir The Hard Road to Renewal, lo esperamos con muchas ganas.

 

Bibliografía

ANDERSON Perry (2015) ‘’Los herederos de Gramsci’’ New Left Review nº100, pp. 79-100

HALL Stuart (2010) ‘’Sin Garantías: Trayectorias y problemáticas en estudios culturales’’ Institutos de Estudios Peruanos, Institutos de Estudios Sociales y Culturales, Pensar. Universidad Javeriana, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador.

HALL Stuart (1985) ‘’Authoritarian Populism A Reply’’ New Left Review I/151, pp. 115-124

JESSOP Bob (1985) ‘’Thatcherism and the Politics of Hegemony: A Reply to Stuart Hall’’ New Left Review I/153

JESSOP Bob (1984) ‘’Authoritarian Populism, Two Nations, and Thatcherism’’ New Left Review I/147, pp. 32-60

MORUNO Jorge (2016) ‘’ Politiquería y narcicismo’’ http://blogs.publico.es/jorge-moruno/2016/11/22/politiqueria-y-narcisismo/?doing_wp_cron=1520932162.9492740631103515625000 (consulta: 13/03/2018)

Entrevista a Jorge Lago (18/02/2018): https://www.elconfidencial.com/cultura/2018-02-18/jorge-lago-podemos-lengua-de-trapo-entrevista_1522838/ (consulta: 13/03/2018)

ZIZEK Slavoj (comp.) (2003) ‘’Ideología, un mapa de la cuestión’’ Fondo de Cultura Económica de Argentina, S.A, El Salvador